Allá por abril de 2019, tuve la ocasión de pasar por primera vez unos días en la ciudad de Tokio junto a Montse, que para ella ya era la segunda, y tanto nos gustó que nos hicimos la promesa de volver con mucho más tiempo y visitar el país sin prisas.
Pues entre COVID, cierres de fronteras a turistas y demás causas ha ido pasando el tiempo hasta llegar a este 2024 que por fin volaremos al país del Sol Naciente.
Japón es un país un tanto complicado de organizar si tú idea es coger el JR Pass. EL Japan Rail Pass, permite el acceso ilimitado a casi todos los trenes, autobuses y transbordadores JR durante 7, 14 o 21 días, algo que te da cierta libertad para moverte por todo el país. El problema es que desde la gran subida de precios en octubre de 2023 ya no es tan chollo. Por eso digo que hay que planificar muy bien el viaje y pensar y echar números para ver si realmente compensa y vale la pena la compra del mismo.
En nuestro caso para un viaje de algo más de tres semanas, hemos cambiado los trayectos en varias ocasiones con el fin de que nos saliera rentable comprarlo y al final este ha sido el de 7 días.
En este enlace Calculadora de tarifas JR puedes comparar las tarifas regulares de JR con el coste del JR Pass y ver si realmente te sale o no rentable.
Todo listo para emprender ese viaje a Japón; pasaportes, carnet internacional de conducir, Japan Rail Pass y un buen montón de yenes ¡jajaja!. Como dice Mon cada vez que sale de casa: documentación, dinero y llaves, lo demás irá surgiendo día a día.
Listo nuestro equipaje para salir mañana a las 7 de la mañana con Lufthansa a Múnich y seguido a Osaka.
Jueves 4 de Abril de 2024, a las 5,15 Uber a Barajas. A las 7,15 despegamos hacia Múnich, donde llegamos con algo de adelanto. Nos dirigimos tranquilamente hasta nuestra nueva puerta de embarque, comemos un bocata que llevamos ya preparado y a las 12,30 despegamos nuevamente en un Airbús A350 con destino Osaka. Llevamos un buen vuelo y lo mejor es que teníamos una fila entera de asientos para cada uno. A las 6,45 hora local tomamos tierra en el aeropuerto de Kansai después de unas 11,30 horas de vuelo.
Pasamos control de pasaportes muy rápidos y salimos a la calle para coger un tren que nos lleve hasta la ciudad de Osaka.
Viernes 5, Compramos los billetes en el Nankai Airport Express (970 ¥) hasta la última estación: Namba, a la que llegamos antes de las 9 de la mañana. Esta estación está en el mismísimo centro de Osaka, todo lo que hay que ver gira en torno a este lugar.
Nos acercamos hasta información y turismo, seguido tomamos un rico café con leche y de paso aprovechamos para descansar un poco y situarnos.
Justo al lado tenemos una tiende de Bic Camera donde aprovechamos para comprar una tarjeta de datos para nuestro móvil, 10 GB y 30 días por 3.200 ¥, que instalaré esta tarde tranquilamente una vez estemos alojados.
La entrada al alojamiento la tenemos a partir de las 15,30 horas por lo que aprovechando los cientos de lockers que hay por todos los lados, metemos nuestro equipaje en el tamaño más grande (900 ¥) y nos vamos ya sin peso a recorrer la ciudad y además a estas horas sin gente por la calle.
Si dejas tú equipaje en el locker de una estación, controla muy bien donde lo haces, las estaciones son ciudades, hay lockers por todos los lados y puedes tirarte las vacaciones buscando el tuyo.
Recorremos toda la zona del Dotonbori, la atracción turística más famosa de la ciudad, conocida por sus brillantes y extravagantes luces de neón. También nos llama la atención la cantidad de salas de juego (máquinas tragaperras) que hay a lo largo y ancho de todas las ciudades, el vicio al juego es exagerado.
A partir de las 11 de la mañana, las calles se empiezan a animar y los puestos de comida se ponen a trabajar al cien por cien. Aprovechamos para probar el Takoyaki, una especialidad local hecha a base de harina de trigo y pulpo entre otros platos y nuestra primera cerveza en Japón.
Ahora ya volvemos nuevamente a Namba y metro hasta la estación de Tsuruhashi que es donde se encuentra nuestro alojamiento.
Nos encontramos a 5 minutos andando de la estación pero como todavía no tenemos internet nos cuesta un buen rato localizarlo y además lo hacemos gracias a una pareja que con su móvil nos llevan hasta la puerta.
Nos alojamos en el Marunishi (47 € aloj) muy amplio, muy bien equipado, en una zona muy tranquila y además al lado tenemos un mercado estupendo donde aprovechamos para cenar unos cuantos y variados platos y unas ricas cervezas, Son las 19,30 horas, llevamos 27 horas dando vueltas y creo que es más que hora de irnos a descansar y dormir.
Sábado 6, desayunamos en casa y salimos hacia el metro, sacamos un One day pass (620 ¥) y nos ponemos en marcha hasta el Castillo de Osaka. Cuando llegamos no hay que preguntar dónde está el Castillo, sigue la fila y te darás con el de frente, los cerezos están en flor y cientos de personas deambulan de un lado para otro haciéndose fotos y visitando el castillo.
Está situado en el corazón de la ciudad, se distingue por la forma única de su techo y por sus majestuosas paredes blancas con detalles en pan de oro.
Es realmente popular entre locales y turistas durante la floración de los cerezos, o Sakura que tiene lugar en estos días de primavera.
Seguido nos vamos caminando hasta los templos de Tamatsukuri Inari, Shingangi y Enjuan, este último budista.
Hacemos compra en súper y nos vamos a comer a casa esta rica y variada comida japo que nos sabe a gloria acompañada de dos buenas cervezas, Kirin y Sapporo. Descansamos un poco y nos volvemos a la calle.
Cogemos metro hasta la estación de Ebisucho donde vamos a visitar la Tsutenkaku Tower, que con sus 103 metros de altura es uno de los símbolos de la ciudad y el barrio de Shin Sekai, cuna de deliciosos manjares gastronómicos, bares y calles repletas de luces y neones, un barrio de lo más animado y divertido.
Metro nuevamente a Namba para visitar el Dotonbori de noche con sus neones.
Dotonbori, la Times Square de Osaka, un lugar de culto para turistas y amantes de la fiesta. Barrio que resplandece gracias a sus vertiginosos carteles de neón, discotecas, bares y restaurantes.
La mascota no oficial de Dotonbori es el Glico Man, un enorme cartel de neón representando a un hombre corriendo sobre una pista azul. Glico, la compañía japonesa de alimentación, colocó el cartel en 1935.
No sabría decir cuántas miles de personas giran en torno a este barrio, pero son miles y entre ellos nosotros. La verdad es que es muy curioso y su visita es de obligado cumplimiento.
Metro nuevamente para irnos a casa, compra en súper y a cenar y descansar.
Domingo 7, desayunamos, recogemos equipaje y salimos hacia la estación para viajar a Nara. Compramos billete en máquina para el tren Kintetsu que va directo (590 ¥ y 35 min. de viaje) y para las 10,30 estamos en la Kintetsu Nara Station. Caminamos unos 20 minutos hasta nuestro hotel el Smile Hotel Nara (32 € aloj) y como hasta las 15 horas no nos dan la habitación dejamos las cosas en recepción y nos vamos hasta la estación de JR que tenemos a 100 mts del hotel. En la misma plaza de la estación salen los autobuses que te llevan hasta el Parque de Nara, están perfectamente indicados, además las colas de gente lo delatan (se puede hacer andando tranquilamente ya que en menos de media hora estarás en el parque). Pero antes de montar en el bus entramos en la estación para desayunar estupendamente y de paso mirar los trenes y horarios para mañana viajar a Kioto.
Montamos en el bus (250 ¥) hasta la parada Nº 7 Todaiji-Daibutsuden donde nos bajamos. En este punto empieza la visita al parque.
En la imagen superior el Todaiji Temple, la mayor estructura de madera del mundo.
Lo primero que te encuentras son cientos de ciervos campeando a sus anchas y comiendo galletas que se venden por todos los lados especiales para ellos. Aquí los vemos pasando como cualquier persona el paso de cebra.
En el interior del Todaiji Temple se encuentra la estatua del Gran Buda creada en el año 752. Es el Buda de bronce más grande del mundo, mide 14,98 metros de altura y solo sus orejas miden 2,54 metros y un peso estimado de 300 toneladas.
Parque de Nara, un lugar donde los ciervos pasean libremente e incluso interactúan con los visitantes haciendo inclinaciones de cabeza como saludo. Es Sakura y los cerezos están en flor, así que es una delicia pasear por su entorno.
Continuamos nuestro camino hasta llegar al Kasuga Taisha Shrine, otro de los grandes a ver. De camino a Nara pasamos junto al Museo Nacional y el Templo Kofukuji.
Llegamos a la Calle Sanjodori, la calle comercial por excelencia de Nara repleta de tiendas, y restaurantes. Nos detenemos en el Yamato Modern para comer y lo hacemos muy bien, raciones diminutas pero muy ricas. Como recomendación el beef, el pollo y los calamares, a cada cual mejor.
Son ya las 17,30 horas hora de irnos hasta el hotel y alojarnos. La habitación es pequeña (lo normal) pero todo lo demás perfecto.
Por la tarde nos damos nuevamente un paseo por la misma calle, la más animada y comercial pero ya no es lo mismo que por la mañana, la gente ha bajado un montón y se puede pasear tranquilamente.
Entramos en un edifico de varias plantas, con cientos de máquinas de muñecos donde la gente se vuelve loca para llevarse otro más para su colección. En otra planta vemos una larga mesa llena de espejos donde las chicas se maquillan, peinan, pintan y yo que sé para luego meterse en una máquina tipo fotomatón y hacerse un serial de fotos 🤔.
Vaya, que si quieres llamar la atención en este país te lo tendrás que currar muchísimo.
Regresamos nuevamente al hotel, cena y a dormir.
Lunes 8, recogida de maletas y para la JR Station que tenemos al lado, desayuno, compra de billetes a Kioto (590 ¥) y en una hora estamos en la Kioto Station.
Ahí nos encontramos con miles de personas circulando por todos los lados, alucinamos, creo que nunca he visto tanta gente junta, una auténtica locura. Nos acercamos en primer lugar hasta Información y Turismo y seguido para el metro. Sacamos billete hasta la estación de Sanjo (290 ¥) la más cercana a nuestro hotel y caminamos otros 10 minutos hasta el hotel Travelodge Kyoto Shijo Kawaramachi (85 € aloj). Todo muy bien, excepto el tamaño de la habitación, por lo demás estamos a 500 metros del barrio de Gion, barrio de las Geishas y junto al Mercado de Nishiki, un lugar repleto de restaurantes, puestos de comida, tiendas de todo tipo, etc. Resumiendo el lugar ideal para quedarse en Kioto.
Como todavía son las 12 y hasta las 15 horas no nos dan nuestra habitación, aprovechamos para empezar a recorrer las calles adyacentes, entra ellas la Calle Pontocho, paralela al Kamo River, una calle peatonal muy estrecha llena de restaurantes, casas de té y uno de los cinco hanamachi o distrito de geishas de Kioto.
Al poco de entrar en ella nos cruzamos con alguna de ellas, súper elegantes y con unos peinados que llaman poderosamente nuestra atención.
Seguimos junto al Takase River en plena floración de sus cerezos, cruzamos el puente sobre el río Kamo y avanzamos por la calle Hanamiko-ji hasta llegar al final y darnos de frente con el Yasaka Shrine, uno de los templos más populares en el barrio de Gion. Este Santuario es popular entre aquellos que piden belleza y riqueza.
Como la zona que rodea el Santuario está llena de puestos de comida aprovechamos para comer unos ricos noodles con un huevo frito y algo más que no sé muy bien que era. Lo que sí puedo decir es que estaba muy bueno.
Como ya son pasadas las 3 de la tarde, volvemos nuevamente al hotel para instalarnos las próximas 5 noches. Ya en la habitación se pone a llover muy fuerte, estamos hasta media tarde que parece que para y de nuevo a la calle con el chubasquero, nos damos otro buen paseo y regresamos de nuevo, la lluvia vuelve a hacer acto de presencia y de manera fuerte y constante.
Antes de llegar al hotel vemos mucho movimiento de gente, nos acercamos y sin saberlo, ni quererlo nos metemos en el Nishiki Food Market, un lugar repleto de restaurantes y puestos de comida. Ofrece una variedad de alimentos frescos y en conserva, como especialidades de pato, dulces japoneses y todo tipo de encurtidos.
Hoy en día el mercado es muy diferente a como era en sus orígenes hace 400 años, cuando era un mercado de pescado al aire libre. El mercado cuenta con más de 130 vendedores aglomerados en un estrecho pasillo de unos 400 metros de largo y todo el cubierto.
Nos cenamos unas tempuras con un Sake y regresamos al hotel, sigue lloviendo y no tiene pinta de que vaya a dejar de hacerlo.
Martes 9, aunque a estas horas no llueve lo ha estado haciendo toda la noche y además muy fuerte. La temperatura ha bajado de forma considerable y además hace viento que hace que todavía sientas más frio.
La primera visita del día será al Kiyomizu-dera Temple, uno de los templos y santuarios más populares de Japón.
Sus impresionantes vistas de la ciudad desde una plataforma de madera, es uno de los reclamos que tiene, pero no el único. No en vano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su gran problema: es que somos cientos, miles de personas visitándolo y hace que pierda al menos para mí su gran atractivo, no lo disfrutas.
Estamos algo más de una hora y nos marchamos hasta el siguiente, el Chion-in Temple, otro gigante que cumple sus 850 años.
Más adelante nos encontramos con el bonito Maruyama Park, sus cerezos están que revientan de flor, está precioso, el refugio perfecto para alejarse del bullicio de los templos y barrios turísticos de Kioto.
Ya al atardecer nos acercamos hasta el Barrio Miyagawacho, otro de los cinco barrios de Geishas de Kioto. Mucho más auténtico que el de Gion, un hanamachi muy vivo y con mucho encanto. Tiene unas 40 Geishas y 30 Maikos.
El barrio es muy interesante de visitar y fuera de toda aglomeración turística.
Ya con la noche encima nos acercamos de nuevo hasta el Parque Yasaka, está a rebosar de gente cenando, tomando unas cervezas y disfrutando de la noche. Viendo a todo el mundo comer nos entra el hambre y nos pedimos un par de raciones de pollo y ya con el estómago más alegre nos vamos hacia el hotel no sin antes pasarnos de nuevo por el Nishiki Food Market que en esta ocasión está mucho más tranquilo que en el día de ayer.
Miércoles 10, amanece un día radiante, soleado y despejado, para las 8,30 estamos en la calle desayunando justo al lado del hotel. Seguido vamos hasta la estación de metro de Sanjo, compramos un One day pass (1100 ¥, metro + bus) y salimos nuevamente a la calle. Montamos en el bus nº 5 North que nos lleva directamente hasta la parada Kinrin Shako-mae, este nos deja en las puertas de Ginkaku-ji Temple o Pabellón de Plata (500 ¥).
Un precioso templo budista zen considerado como Tesoro Nacional, aunque sin duda alguna, uno de los motivos que han hecho famoso al Pabellón de Plata de Kioto son sus bellos y minimalistas jardines. Llama la atención el Ginsandan, un bello jardín de ondas de arena y el Kogetsudai con sus conos de grava.
Acabada la visita nos incorporamos al denominado Paseo de los Filósofos. Este paseo se extiende por alrededor de 2 kms a lo largo del canal del lago Biwa y en mitad de un paisaje natural impresionante. Es uno de los lugares más populares para contemplar los cerezos en flor, también conocida como Hanami.
Al final del paseo llegamos al Nanzenji Temple, un recinto monástico y de templos de culto budista de la ciudad de Kioto. Es el templo principal de la secta Rinzai del budismo zen, es muy famoso por sus jardines.
Le damos un buen repaso y una vez en la calle nos vamos hasta la estación de metro para ir a la gigantesca Kioto Station. Subimos a su terraza acristalada con vistas a la ciudad que por cierto no son muy buenas y bajamos nuevamente. Justo en la salida donde se encuentra la Kyoto Tower están las paradas de autobús. En los paneles informativos vemos que el bus N-5 South, parada C4 nos lleva directamente hasta Fushima Inari Taisha Shrine, Esperamos cinco minutos y en otros 15 minutos nos deja muy cerca de la puerta de entrada.
Entramos en el Fushimi Inari, uno de los santuarios más famosos de Kioto y de todo Japón. A estas horas de la tarde no hay gente, hay la re-leche de gente, cientos, miles, millones de personas... ¡¡jejeje!!, lo bueno que tiene es que el 90% de ellas se concentran en la entrada y en las 4 primeras puertas (torii).
Fushimi Inari Taisha, consagrado a Inari, la deidad de las buenas cosechas y el éxito en los negocios, es el Santuario Inari más importante de todo Japón.
El arco de puertas torii de un vibrante color naranja que se torna casi interminable, va bordeando el camino hacia el monte Inari de 233 metros de altitud. Está salpicado de altares de piedra llamados otsuka y delimitados por unas 10000 puertas torii.
Ya que el santuario está consagrado a la deidad que vela por los negocios, muchos comercios locales donan a este lugar puertas torii, de ahí que el camino de ascenso a la montaña se llame senbon torii o mil toriis, aunque en la actualidad el número debe de rondar ya las 10.000 unidades.
Caminar los 4 kms de caminos con torii es una experiencia que vale la pena y además podrás hacer todas las fotografías que quieras prácticamente solo.
Vemos el atardecer desde un punto ideal para ello y con la noche casi encima volvemos a coger el bus N 5 que nos deja nuevamente en la Kyoto Station y metro de nuevo hasta el hotel.
Un día más de palizón de andar, pero es lo que tiene si quieres ver muchas cosas, ya habrá tiempo de descansar.
La cena la hacemos en el restaurante que se encuentra en la entrada del hotel y directos a la habitación a dormir.
Jueves 11, salimos de nuevo hasta el metro para comprar de nuevo un One day Pass, tienes que comprarlo todos los días ya que no hay de 2, 3 o más días.
Continuamos en el metro hasta la estación de Uzumasa Ten Jingawa, una vez aquí salimos a la calle para pillar el bus 93 con dirección Arashiyama. Damos un paseo por el Katsura River que está digno de ver y nos adentramos hasta llegar a su famoso bosque de bambú.
El Bosque de bambúes de Arashiyama lo definen como de una belleza cautivadora y uno de los lugares más fotografiados de Kyoto. Opinión que no comparto para nada, ¿curioso..? quizá, pero nada más.
Cruzamos el camino de los bambúes hasta llegar al Tenryuji Temple para visitarlo y ver sus cuidados y esmerados jardines.
Ahora bus 11 hasta Yamagoe Nakacho, cambio de bus al 93 que nos deja prácticamente en la entrada de Ryoanji Temple.
Ryoanji Temple es mundialmente famoso por sus jardines y su enigmático jardín zen de piedra o karesansui.
Caminamos como media hora más hasta llegar al Kinkakuji Temple o Pabellón Dorado, uno de los templos más famosos e icónicos de Kioto y Patrimonio de la Humanidad. Se dice que el jardín y las construcciones, que tienen como centro el pabellón dorado, son una manifestación del paraíso de la tierra pura en este mundo.
Por hoy terminamos nuestras visitas, ahora vuelta de nuevo hasta la Kyoto Station para comprar billetes a Kanazawa.
Una vez estás en la estación, debes de dirigirte hasta la JR Ticket Office, cuando estés dentro vete al mostrador de la izquierda que pone JR Pass Exchange, aquí puedes comprar billetes y canjear tu JR Pass. Nosotros únicamente compramos los billetes para el próximo sábado a Kanazawa (7.720 ¥ cada uno). Con los billetes ya, metro para el hotel, cena y a soñar.
Viernes 12, amanece otro día soleado y se esperan unos 24 grados, así que desayunamos pronto y a caminar tocan que hoy es nuestro último día en Kioto.
En la imagen Heian-Jingu Shrine Grand Torii en la calle Jingu-michi.
Hoy nos toca sacar de paseo al perrito, le ponemos las mejores galas y vamos caminando por la calle Niomon-dori hasta llegar al Okazaki Sakura Corridor.
El Okazaki Sakura Corridor de Kioto es un canal que continúa del lago Biwa conocido por los hermosos cerezos en flor que florecen en ambas orillas en esta época de primavera.
Tuvimos la gran suerte de ver la Gabarra del Athletic celebrando la Copa del Rey a su paso por la ciudad de Kioto.
Una vez aquí aprovechamos para visitar el Lake Biwa Canal Museum of Kyoto (gratuito) y seguimos hasta nuestro próximo destino.
Nos encontramos en el Heian Jingu Shrine and Gardens construido como monumento para la Feria de Construcciones Industriales y con motivo del 1.100 aniversario de la fundación de la ciudad de Kioto. Su historia es relativamente corta, ya que se remonta a poco más de cien años, hasta 1.895.
Si algo llama su atención son los jardines Shin-en que cubren aproximadamente unas 3 hectáreas divididos en cuatro jardines cada uno con sus propias características y sus propios lagos.
Y terminamos la mañana en el Kyoto Imperial Palace residencia de la Familia Imperial hasta 1.868, cuando el emperador y la capital se trasladaron de Kioto a Tokio. Actualmente se utiliza para ceremonias de entronización.
Ahora nos vamos hasta el hotel a descansar y estirar piernas que llevamos un montón de kms encima.
Como colofón a Kioto regresamos una vez más hasta el barrio de Miyagawacho que tanto nos gustó el otro día, por su tranquilidad y por escapar del turismo tradicional. Dadas ya las horas que son, nos metemos en una taberna aquí llamada Izakaya muy bonita, ambiente agradable y rica comida.
Las raciones que nos hemos comido entre los dos se las come nuestro Yaco y se queda con hambre.
Lo bueno es, que no vas a tener pesadez de estómago a la hora de dormir, no hay mal que por bien no venga.
Sábado 13, desayuno y metro hasta la Kyoto Station. Una vez allí y cómo vamos con tiempo de sobra aprovechamos para canjear nuestro JR Pass y dejarlo activado desde el día 18 hasta el 24 que son los 7 días que hemos comprado.
Para hacer el canje debes de ir frente a la JR Ticket Office, una agencia de viajes llamada Nippon Travel Agency, en 10 minutos lo tenemos listo.
Nos dirigimos al andén y a las 11,10 horas salimos en el tren Thunderbird a Tsuruga, cambio de tren al Tsurugi Shinkansen y a las 13,01 horas con exquisita puntualidad estamos en Kanazawa.
Nos dirigimos directamente hasta el hotel que está a unos 15 minutos andando, como no son las 15 horas no nos dan la habitación salvo que pagues otros 1000 ¥ por persona, por lo que dejamos allí el equipaje y nos vamos hasta el Mercado.
En la imagen, la impactante Puerta Tsuzumi mon de la Kanazawa Station.
Por primera vez y ya adelanto que será la última, vemos un mercado en condiciones, un mercado de verdad, el Mercado Omicho, un bullicioso mercado al que llega a diario pescado y marisco del mar de Japón.
En el laberinto de galerías y pasillos del mercado de Omicho hay más de 170 tiendas y establecimientos permanentes. En el mercado se puede conseguir multitud de pescado fresco, carne, ostras, pepinillos, dulce, sake, frutas, verduras y, en definitiva, todo aquello que a uno le pueda apetecer.
Comemos ahí mismo y de paso compramos unas bandejas de pescados variados frescos para cenar.
Volvemos al hotel el Kanazawa City Hotel (75 € aloj), tenemos una habitación muy amplia y muy agradable y además un sillón masaje-relax maravilloso que te deja como nuevo, o como roto del daño que hace en algunos momentos.
Antes de ir hasta el Castillo de Kanazawa y al Parque Kenrokuen, paramos en la oficina que esta junto a la estación donde mañana recogeremos el coche que hemos alquilado. Ellos no hablan ni papa de inglés y nosotros ni papa de japonés, vaya, un diálogo de besugos, veremos a ver como lo hacemos mañana.
El Castillo fue residencia y centro de poder del poderoso y adinerado clan Maeda.
Pero si algo tenemos que destacar es el Jardín Kenrokuen, el gran atractivo turístico de Kanazawa. Quizá sea el más bonito que hemos visto en este viaje por Japón.
La familia Maeda creó el jardín a lo largo de varios siglos y, a día de hoy, es uno de los mejores ejemplos de jardín japonés por el que pasear.
"Kenrokuen" significa "jardín que combina seis características" que son: espacio, retiro, artificio, antigüedad, agua y magníficas vistas. No todos los jardines de Japón combinan estas seis características.
Finalizamos el día en el barrio de residencias de Samuráis Naga-machi Buke Yashiki, barrio en el que vivían los samuráis de rango medio y alto. Ha escapado a los incendios a gran escala, incluidos los bombardeos que dañaron otras grandes ciudades como Osaka y Tokio durante la segunda guerra mundial.
Domingo 14, dejamos el hotel y nos encaminamos directamente hasta las oficinas de ORIX que estuvimos ayer para recoger nuestro cochecito, el típico coche que dibujas cuando eres niño en el cole, es como de juguete, pero es automático y nos va a dar un buen resultado.
Hoy nos atiende otra chica que al menos sabe decir Yes y alguna que otra palabra, suficiente para entendernos. Igual que nos sucedió en Georgia no nos piden ni tarjeta de crédito ni nada por el estilo, nos dan las llaves y en menos de 15 minutos estamos listos para salir.
Recordar que se conduce por la izquierda, que es mucho más fácil de lo que parece, un poco de concentración sobre todo en las rotondas que las haces al revés y en pocos kilómetros te sentirás como si lo hubieras hecho toda la vida. Otra cosa que ayuda mucho es que los coches son automáticos y van con GPS incorporado. En este puedes buscar un lugar por nombre, dirección o número de teléfono.
Pues nada, ya tenemos el coche de PIN y PON 😂😂
Nuestra primera parada a unos 50 kms es en el pueblo de Gokayama donde en la Oficina de Turismo nos dan información de toda la zona.
Gokayama un pueblo con casas de estilo gassho declarado Patrimonio UNESCO en 1995. Las casas de estilo gassho tienen el tejado en forma triangular, que recuerda a la posición de las manos para rezar. El tejado tiene una inclinación impresionante de 60º para que la nieve, que a veces alcanza los 4 metros de espesor, se deslice hacia abajo con más facilidad.
Nuestra siguiente parada iba a ser Shirakawa-go, pero cuando llegamos es como entrar en el Circo Price, cientos de personas y coches para ver unas casas como las que acabamos de ver en Gokayama que no nos dicen nada. Continuamos carretera que aquí no se nos ha perdido nada.
Nos detenemos en Ainokura que está mucho más tranquilo y se puede visitar sin ningún agobio de gente. El paisaje con las montañas nevadas al fondo es muy pintoresco.
Con más de 20 edificios de estilo gassho-zujuri y tejados de paja muy bien conservados, Ainokura representa una parte de la historia viva del país.
Nos detenemos un poco en Takayama para hacer algo de compra (mañana volveremos) y seguimos hasta nuestro alojamiento que se encuentra a unos 50 kms de esta localidad.
Después de recorrer unos 170 kms llegamos a nuestro alojamiento, el Minshuko Takizawa (110 € c/des), situado Takayama Okuhidaonsengo Nakao 261. Se trata de un Minshuko, establecimiento familiar japonés, en teoría más sencillo que un Ryokan, que dispone de su onsen privado de dos piscinas exteriores maravillosas y otras 2 interiores.
Habitación preciosa, con dos futones, sofá y wc privado que cuando entrabas a este se levantaba la tapa automáticamente como queriéndote decir: Konichiwa 🤣😂.
Nos ponemos nuestros Yukata que nos quedan de película de bien y para el onsen que nos vamos.
El agua sale a unos 45º, está demasiado caliente como para entrar de golpe, tenemos una manguera de agua fría que introducimos hasta que conseguimos bajar un poco la temperatura para poder meternos. Es una auténtica gozada estar ahí metido, estamos hasta que anochece y ya subimos para nuestra habitación como nuevos, Ahora cena y a 🛌🥱😴 y disfrutar de este lugar.
Lunes 15, para las 7 ya estamos con nuestro Yukata puesto para bajarnos al onsen a darnos un baño de calor, una ducha y como nuevos a desayunar.
El desayuno es de estrella michelin, fantástico, presentación, variedad, café, té, zumo, y muchos pequeños platos para deleitarnos. Tanto nos gusta que intentamos quedarnos una noche más, pero fue imposible estaba full.
Cargamos maletas y salimos a visitar el puente Kita Alps Bridge que tiene 150 metros de largo y 70 de altura. Tiene unas vistas espectaculares que se extienden hasta el monte Kasaga-dake con sus 2.897 msnm.
Seguimos nuestra ruta hasta Takayama, destino final para el día de hoy. Como llegamos pronto y como en todos los sitios hasta las 15 horas no te dan la habitación, dejamos equipaje y el coche aparcado en el parking gratuito que tenemos y nos vamos para el centro.
Casualmente los días 14 y 15 de este mes de abril se celebra el Festival de Primavera o Sanno Matsuri, por lo que la ciudad está a rebosar de gente.
Según nos vamos acercando al centro nos detenemos en el Santuario Sakurayama Hachimangu, lo visitamos por fuera y seguimos para el centro.
Cada año, durante los días 14 y 15 de abril, decenas de miles de personas acuden a esta ciudad con el fin de asistir a su Festival de Primavera.
Con elaboradas carrozas de gran tamaño acompañadas en todo momento de su tradicional música, este evento está considerado como uno de los tres festivales más hermosos de Japón.
El protagonismo principal lo acaparan las Yatai, carrozas que desfilan desde la mañana hasta la noche.
El Takayama Matsuri y su desfile de Tokeiraku en el que participan más de un millar de personas nos trasladan al siglo XV con su vestuario, tambores y bailarines mientras ejecutan a la perfección la danza del león Shishimai.
Un poco cansados de caminar decidimos comprarnos algo de comer en uno de los muchos puestos que hay a lo largo de toda la calle y nos vamos a comer hasta la ribera del río Miyagawa que está un día estupendo.
Como ya son más de las tres de la tarde, volvemos al hotel para hacer el check in en el Minshuku Iwatakan (77 € aloj), habitación grande y espaciosa con dos futones, muy tranquila café y té gratuito en la máquina que tienen en la entrada. Está como a unos 20 minutos caminando del centro.
Salimos nuevamente a la calle, pero ya no es lo mismo, han desmontado todos los puestos, la gente ha desaparecido y aquí parece no haber pasado nada. Quedamos cuatro turistas y poco más.
El regreso a casa lo hacemos por el pintoresco Barrio de Sanmachi, este pintoresco distrito recuerda mucho a Gion, el distrito de geishas más famoso de Kioto.
Sus tres calles principales están bordeadas por casas de madera de comerciantes que datan del periodo Edo, resulta muy agradable pasear por ellas y más sin gente.
Nos vamos para casa con una agradable sensación acerca de esta ciudad, quizá no sea la más bonita o quizá sí, pero a nosotros nos ha gustado mucho, tranquila y agradable para visitar, un imprescindible si estás por esta zona de los Alpes Japoneses.
Martes 16, ha estado toda la noche lloviendo y a estas horas de la mañana sigue haciéndolo aunque con menos intensidad, desayunamos en el hall con un café cortesía del hotel y a las 8,15 nos ponemos en marcha con dirección a Nagano.
A unos 50 kms tenemos Matsumoto, recorrer esta distancia en España, sería como media hora o algo más, en Japón son 2 horas mínimo, la velocidad máxima es de 50 kms/h, las carreteras dejan mucho que desear y los túneles son uno detrás de otro, sobrepasando alguno de ellos los 4 kms. en fin, que conducir en Japón es una auténtica agonía.
Finalmente llegamos a Matsumoto para visitar su famoso castillo. Esta fortaleza medieval, considerada tesoro nacional, es uno de los principales castillos históricos de Japón. Su torre principal de 5 pisos, aunque en realidad en su interior tiene 6 pisos, erigida a finales del XVI, es la estructura de este tipo más antigua del país.
Damos una vuelta por la Calle de la Rana paralela al río Metoba, llena de tiendas y puestos de comida que para nosotros poco tiene que ofrecer. Regresamos nuevamente al coche y seguimos hacia Nagano.
Otras 2 horas de viaje para hacer 69 kms y llegar a Nagano 😫, vamos directamente hasta el hotel Jal City Nagano (60 € aloj), aparcamos el coche en el parking (1000 ¥ día) y como todavía faltan 45 minutos para las 3 de la tarde no nos dan la habitación y si la queremos nos piden 500 ¥ por cada uno, en fin que son muy simpáticos y todo lo que quieras, pero sin comentarios sobre los japos...
Nos damos un paseo de 45 minutos y a las 15 horas estamos nuevamente haciendo el check in. Habitación pequeña como todas, por lo demás perfecta, calentador de agua, café, té, nevera 👍.
Ya estamos listos, nos vamos siguiendo la maravillosa calle Chuo-dori, una calle de 1,8 kms repleta de tienda, restaurantes y muy colorida hasta el final, donde nos damos de frente con el Zenkoji Temple de 1400 años de antigüedad.
En la imagen la majestuosa puerta Sanmon, construida por primera vez en 1750.
El Nurebotoke o Jizo mojado que protege al templo de los incendios, está acompañado de seis estatuas pequeñas llamadas Rokujizo, estatuas que abandonaron su iluminación budista para salvar a otros.
La calle Chuo-dori ya muy cerca del Templo con sus llamativas construcciones, casas pienso que particulares que quitan el hipo.
El Templo nos ha gustado muchísimo, a mí hasta la fecha el que más, quizá también influido por la ausencia de gente y por la tranquilidad con la que lo visitas. Eso en Kioto sería impensable. Por otro lado la ciudad me ha gustado un montón.
De regreso nos detenemos en la galería comercial Gondo Shotengai donde se encuentra el restaurante Nihonmatsu en el que vamos a cenar muy bien y variado. En esta ocasión las raciones son más generosas, Soba con un rico caldo, alguna que otra tempura y un par de birras.
Al hotel que lo tenemos al lado y damos por terminado el día.
Miércoles 17, esta noche a vuelto a llover y ahora todavía lo hace, hacemos el check out y para las 8 estamos en marcha hacia Toyama, unos 175 kms para los que vamos a invertir casi 5 horas. El conducir siempre sin sobrepasar los 50 kms/h es una auténtica penitencia, así que ármate de valor y paciencia que la vas a necesitar.
Como a mitad de camino nos paramos en Hakuba, uno de los puntos donde se celebraron las olimpiadas de invierno de 1998 y concretamente los saltos de trampolín.
El entorno es maravilloso y eso que hoy está un poco nublado en las cumbres y no nos permite ver con claridad ese circo de montañas que todavía tienen mucha nieve. Unas fotos delante de esos trampolines que asustan cuando los ves tan de cerca y coche de nuevo.
Como anteriormente comentaba el llegar a Toyama ha sido un suplicio, cada km que andas un semáforo, para, arranca y así unos 30 kms, estoy deseando llegar de nuevo a Kanazawa para entregar el coche y olvidarme de él.
La carretera preciosa hasta llegar a Toyama donde nos detenemos para verlo (no tiene nada que ver) y de paso comer. Son las 12,30 y entramos en un restaurante para comer, está lleno pero a nosotros nos dicen que está cerrado y esto no es la primera vez que nos pasa, sigo sin entender a esta gente. Camino del centro nos paramos en otro que hay varios coches aparcados, ahí sí que comemos y yo especialmente súper bien, estoy harto de comer ramen/noodles.
Coche de nuevo y en esta ocasión cogemos la autovía que tiene 2 carriles por sentido, eso sí, a 80 kms/h. Como veo que nadie respeta los límites, me sumo a ellos y en menos de una hora estamos entregando el coche en las oficinas de ORIX. No tardamos ni 5 minutos en hacerlo nos dan el OK y con las mochilas al hotel que entras por la misma estación.
Se trata del Via Inn Kanazawa (65 € aloj), habitación como todas, diminuta pero perfecta en todos los sentidos.
El otro día nos quedó pendiente la visita de un par de distritos, el primero es el de Kazue-machi Chaya, antiguo distrito de geishas.
Las geishas son entretenedoras tradicionales japonesas, cuyas habilidades incluyen la interpretación de diferentes artes japonesas como por ejemplo la música y el baile.
De los tres distritos históricos de geishas que se conservan en buen estado en Kanazawa, el distrito de Higashi Chaya, es el más grande y a día de hoy las geishas siguen actuando en la zona.
Dos barrios súper auténticos y quizá los mejores que hemos visto hasta el momento y lo mejor es que estamos prácticamente solos visitando la zona.
La cena todo un éxito en el Mori-Mori, lo tenemos a 100 mts de la estación en un centro comercial lleno de restaurantes en la última planta.
Nos cenamos los mejores sushis de todo el viaje, una delicia, con un producto inmejorable. Lo peor de todo fue que cuando llegamos había bastante gente esperando, nosotros pillamos el nº 85 y todavía iba por el 49 😖, pero a pesar de la hora de espera valió la pena.
Jueves 18, para las 6,30 ya estamos en pie, tenemos varias cosas que hacer, entre ellas gestionar el hotel de Tokio y sacar billetes de vuelta a casa. Después de ver los pros y los contras de salir nuevamente por Osaka o hacerlo por Tokio, nos decantamos por esta última.
Vemos en la web que a las 8,40 tenemos un Shinkasen a Tsuruga, salimos a la terminal y nos dirigimos directamente a la puerta de JR Shinkansen, vamos directamente hasta la vía que indican los paneles y allí lo tenemos esperándonos 😂.
Con el JR Pass no necesitas pasar por taquilla, es tan simple como dirigirte a las vías donde pone Shinkansen, pasas por el torno y te diriges a la vía y vagones que te dicen Non Reserved (sin reserva de asientos), te acomodas donde más te guste y a volar.
Aclarado lo anterior, llegamos a Tsuruga a la 3ª planta, bajamos a la 1ª y en pocos minutos estamos nuevamente embarcados en le Thunderbird que nos lleva hasta la estación de Shin Osaka en Osaka.
Salimos nos comemos una chuche y otra vez al tren, esta vez con dirección a Himeji.
Nos bajamos en esta localidad de Himeji, dejamos mochilas en lockers y nos vamos a visitar su castillo.
Salimos de la estación y seguimos toda la avenida Otomae-dori hasta darnos de frente con el Castillo Himeji, también conocido como la Garza Blanca. Es uno de los 12 castillos originales que quedan en Japón.
Estamos algo más de 2 horas, aprovechamos para comer y bastante bien con estos simpáticos camareros que nos atienden y de nuevo tren, ahora hasta Okayama y cambio de nuevo a Shinkansen hasta Hiroshima donde llegamos sobre las 15,45.
Hemos hecho varios cambios de trenes pero, hay tantos que entre uno y otro no esperas más de 15 minutos. La red ferroviaria de este país es alucinante, no creo que haya nadie que sea capaz de superarlos.
Como siempre lo primero es Información y Turismo, nos dan todo tipo de información y nos dicen que justo al lado sale un bus de JR (lo cubre tú JR Pass) que nos deja muy cerca de nuestro hotel. Actualmente hay 3 líneas JR que hacen un loop, cada una de ellas recorre diferentes zonas de la ciudad, puedes subir y bajar donde quieras y tantas como veces como te apetezca. Las líneas son la orange, lemon y green que es la que utilizamos nosotros. Nos deja a unos 150 metros de nuestro hotel.
Nos alojamos en Smile Hotel Hiroshima (55 € aloj.), la mejor habitación con diferencia de todo nuestro viaje por Japón, habitación grande, baño igual, escritorio y a un precio estupendo.
Dejamos todo en la habitación y salimos a visitar todo lo que nos dé tiempo antes de que anochezca. Siguiendo recto toda la calle llegamos hasta el Peace Memorial Park, nos detenemos un poco ante el Memorial a las víctimas de Hiroshima, punto en que se te pone un poco los pelos de punta y continuamos hasta el Atomic Bomb Dome.
El Atomic Bomb Dome, el hipocentro de la explosión de la bomba atómica arrojada por el ejército estadounidense, el 6 de agosto de 1945 que causó más de 146.000 víctimas mortales.
Avanzamos junto al río hasta llegar al Edion Peace Wing Hiroshima inaugurado el 1 de febrero de este 2024. Subimos hasta las gradas y vemos un poco el partido que juegan las chicas, alguna que otra fotillo y seguimos hasta el Hiroshima Castle que nos pilla un poco más adelante.
Con la tarde/noche encima regresamos hacia el hotel por la Hakushima-dori, calle de unos 500 metros de larga repleta de pequeños bares y restaurantes.
En esta calle el plato estrella es el Okonomiyaki, una especie de tortilla nipona. El Okonomiyaki de Hiroshima con fideos yakisoba es distinguido por su masa delgada, tipo crepé y capas gruesas de ingredientes.
Vemos una tasca que nos llama la atención y sin pensarlo dos veces entramos, nos sentamos en la barra y delante tenemos una enorme plancha que recorre toda la barra y un par de personas preparando unos ricos Okonomiyaki.
Como ingredientes pedimos con beicon y huevo y otro de gambas y calamar con un par de jarras de cerveza. Están para chuparse los dedos y el precio es ridículo para los precios que se mueven por aquí.
Ahora para el hotel que lo tenemos al lado. Hemos tenido un día muy movido pero hemos disfrutado y hemos visto un montón de cosas, así que nos vamos a la cama tan contentos.
Viernes 19, desayunamos muy pronto y para las 7,30 estamos camino de la estación para coger tren que nos lleve a Miyajima, además el día promete estar estupendo y muy soleado.
Cada 10 minutos más o menos hay trenes, nosotros cogemos el de las 8,10 con dirección Iwakusi (fin de línea). En media hora estamos en la parada de Miyajimaguchi (son unos 20 kms y si mal no recuerdo, 9 paradas).
Sales de la estación, continúas recto toda la calle y en unos 200 metros estás en el puerto, pagas 100 ¥ de tasa por turismo y con tú pase JR embarcas sin más. Otros 10 minutos en barco hasta cruzar a la isla Itsukushima, conocida popularmente como Miyajima donde se encuentra el famoso gran Torii flotante del santuario de Itsukushima. El lugar es muy pintoresco, por encontrarse dentro del mar y por su intenso color naranja.
Como sugerencia es interesante echar un vistazo a la tabla de mareas del día, ya que aunque siempre es bonito, difiere mucho de verlo con o sin agua alrededor.
Los ciervos nos rodean por todos los lados, son muy simpáticos y cariñosos y si te ven comida ni te cuento y como muestra un botón, era imposible poder comer tranquilos, que pesados que son..
Está claro que el plato fuerte de este lugar es el Gran Torii que según se dice fue construido en el año 593, aunque ha sido reconstruido varias veces debido a diversos desastres.
La puerta Otorii mide 16 metros de altura y el pilar principal de la puerta está hecho de madera de alcanfor, que tiene una resistencia natural a la corrosión, incluso dentro del agua.
Con la marea alta tanto el santuario Itsukushima como la puerta Otorii parecen flotar en el agua.
Comenzamos el ascenso hacia el monte Misen. Tenemos 3 caminos posibles, el Momijidani, el Daishoin (el más típico y el que hacemos nosotros) y el Omoto. Otra forma de hacerlo es en teleférico y el último km a pie.
Son unos 3 kms de subida, 535 metros de desnivel y unos 2.500 escalones, para lo que invertimos 1,30 horas más o menos.
La subida es una auténtica agonía, no hay prácticamente descanso y la pendiente es muy considerable, no llegas nunca. Pocas indicaciones de cuanto queda y siempre dentro de bosque, con lo que las vistas son nulas hasta que llegas arriba.
Tremenda la sudada, pero ya estamos en la cima del monte Misen y la verdad es que ya no te acuerdas, las vistas son estupendas y más con el día que tenemos, ni una nube en el horizonte.
Estamos un buen rato, fotos, descanso, agua y disfrutar de las vistas. Comenzamos la bajada de aproximadamente 1 kilómetro hasta llegar al teleférico, luego una vez abajo hay un autobús que te lleva hasta el santuario debe de ser como otro kilómetro.
Aquí podemos apreciar la puerta con marea baja en la que los cimientos quedan al aire y los lodazales quedan al descubierto.
Intentamos comer y digo intentamos porque los ciervos no te dejan ni respirar, seguido de nuevo al barco y tren para Hiroshima con dirección a Saijo, (fin de línea).
Llegamos a buena hora a la estación y nos da tiempo a coger el Green line que nos lleva hasta el hotel, descansamos un buen rato y salimos nuevamente para cenar.
A 300 metros del hotel en la calle principal nos detenemos en un restaurante que dan carne a la parrilla y tiene buena pinta. Entramos y nos pedimos la ración de 200 gr para cada uno, nos la sirven en una parrilla muy caliente, fileteada y al punto y tengo que decir que estaba perfecta y muy rica de sabor, hemos acertado en pleno con la elección.
Sábado 20, para las 8 de la mañana estamos camino de la estación vamos a coger el Shinkansen de las 9,33 a Tokio, hacemos cambio de tren en Shin Osaka y a las 14,11 estamos en Tokio.
El Monte Fuji, el monte más alto de Japón con 3.776 msnm mientras volamos hacia Tokio en el tren bala.
Nosotros nos bajamos en Shinagawa, estación que pertenece a la línea Yamanote de JR y nos viene mejor para enlazar luego hasta nuestro hotel.
Una vez en Shinagawa cogemos la línea Yamanote hasta la estación de Otsuka y a 100 mts tenemos nuestro hotel, el APA Hotel Yamanote Otsuka Eki Tower (87 € aloj). Habitación como todas perfecta pero en esta ocasión no es pequeña, es diminuta, ¿6 m2..?? no nos podemos ni mover y tenemos que hacer juego de malabares para colocar el equipaje, no queda otra que meterlo debajo de la cama, la jaula de nuestro Yaco es más grande que esta habitación.
A partir de ahora siempre viajaremos en la línea Yamanote, esta línea circunda las zonas más interesantes de Tokio y no necesitamos utilizar otras líneas. En estos días le vamos a dar un buen tute a nuestro JR Pass.
Una vez instalados metro hasta Shinjuku que junto a Shibuya es el barrio más cosmopolita y vivo de Tokio, con sus luces de neón, gente muy pero, que muy fashion y ambiente las 24 horas del día, una auténtica locura.
En la imagen podemos ver el gato que impresiona a los que pasamos por ahí. Se trata de un gato gigante que ocupa, un par de plantas enteras de un edificio. Queda claro que el gato no es real, se trata de un proyección en 3D que se proyecta sobre una pantalla gigante de LED de 155 m2, pero que impresiona por sus dimensiones.
Metro de nuevo y ahora a Shibuya, el otro barrio por excelencia de Tokio. Si en Shinjuku había gente aquí, ni te cuento, lo triplican.
Cada vez que el semáforo se pone en verde para los peatones, cientos de personas se ponen a cruzar por todos los lados, es una auténtica locura. No entiendo cómo se puede vivir así todos los días de tú vida 🤔.
Estamos cansados de tanta gente y sobre las 20 horas nos vamos para nuestra zona que aquello es mucho más tranquilo.
Domingo 21, empezamos el día pillando el metro con dirección a Harajuku, estación que queda a pocos metros de la entrada al parque Yoyogi, aunque la primera visita está justo enfrente de la salida del metro, la famosa calle Takeshita Street. Los 350 metros de calle son ideales para todos aquellos que se interesan por la moda y las nuevas tendencias en Tokio.
Considerada la meca de la cultura adolescente y del Harajuku style, el centro del universo adolescente de moda transgresora, el lugar perfecto en el que encontrar ropa única, cosmética, accesorios y disfraces inimaginables.
Salimos de la calle Takeshita y entramos en el Yoyogi Park, el cuarto parque urbano más grande de Tokio. Sus 54 hectáreas de espacios verdes están ubicados entre dos de los barrios más codiciados de Tokio: Shibuya y Harajuku.
Llegamos hasta el Santuario Meiji Jingu y a la escuela de Kyudo. El kyudo es el tiro con arco tradicional japonés. Ataviado con una hakama y un kimono o dogui, la imagen de un kyudoca es inconfundible. Más que un deporte, el kyudo es considerado un arte marcial en el que se mezcla la tradición con la armonía del cuerpo y la mente.
Metro de nuevo hasta la estación Nippori para visitar la calle Yanaka Ginza. Este barrio histórico ofrece una visión del periodo Edo con su arquitectura conservada, calles estrechas y tiendas y restaurantes tradicionales.
Camina que camina llegamos al Santuario Nezu Jinja, uno de los más antiguos de Tokio. Su túnel de puertas torii rojas nos recuerda mucho al SantuarioFushimi Inari Taisha de Kioto.
El Santuario es muy famoso por su festival de flores azalea desde abril hasta comienzos de mayo. Se ha descrito este evento como la vista más espectacular de la primavera en la ciudad de Tokio. Hay más de 100 variedades de azaleas en esta época de floración y unos 3000 ejemplares en total distribuidos por todo el templo.
Seguimos toda la calle hasta el Ueno Park, cruzamos el estanque Shinobazu, el templo Benten-do hasta llegar a la estación de Ueno.
Ahora nos vamos hasta la isla artificial de Odaiba, así que de nuevo al subsuelo y metro hasta Shimbashi, aquí tenemos que cambiar a la línea de tren Yurikamome (no incluida en JR), compramos un one day pass (820 ¥) nos sale mucho mejor que comprar un ticket suelto puesto que nos permite subir y bajar tantas veces como queramos. La línea consta de 16 paradas hasta llegar a la última que es Toyosu.
La primera bajada la hacemos en Dayba station, desde este lugar tenemos unas estupendas vistas al Rainbow Bridge que conecta Odaiba con el centro de Tokio, el edificio de Fuji TV y una réplica de la Estatua de la Libertad de París.
Hemos hecho varias paradas más, Tokyo Big Sight, conocido oficialmente como Centro Internacional de Exposiciones, Shijo-mae, aquí se encuentra el Mercado de Pescado, Shin-toyo un lugar donde se encuentra el teamLab Planets, museo que combina el arte digital y la belleza de la naturaleza y terminamos viendo el Unicorn Gundam en la plaza del centro comercial DiverCity.
Ya es de noche, llueve con fuerza y es hora de regresar a casa. Cenamos donde nuestra amiga la china que lo hicimos ayer y tanto nos gustó que hoy repetimos, todo exquisito y raciones muy buenas.
Lunes 22, para las 6,30 estamos levantados. Nos dirigimos directamente hasta el metro para ir hasta la estación de Ueno. Una vez en Ueno nos dirigimos hasta las salidas de Shinkansen donde ya vemos en pantallas a las 8,32 el tren NASUNO con destino Koriyama (46 minutos), nosotros nos bajamos en la estación de Utsunomiya. Aquí cambio al tren Nikko Line (está perfectamente indicado) y en otros 42 minutos estamos en Nikko.
Al salir de la estación hay que seguir toda la carretera hacia arriba hasta llegar al puente rojo, el Shinkyo Bridge, son unos 30 minutos a pie o también tienes la posibilidad de hacerlo en autobús.
El puente de 28 metros de longitud, sirve como entrada sagrada a Nikko. Es uno de los tres puentes principales de Japón.
Justo enfrente del puente unas escaleras nos llevan directamente hasta el Rinnoji Temple, un complejo de 15 templos budistas de la secta Tendaishu, también conocido como el Pabellón de los Tres Budas.
Continuamos la ruta para llegar al siguiente templo y plato fuerte (al menos para mí) de todos los templos vistos en Japón.
Llegamos al majestuoso Toshogu Shrine (1600 ¥), una auténtica maravilla en todos los sentidos. Un magnífico santuario, dedicado a un famoso señor de la guerra.
Nada más entrar tenemos el Templo de los Tres Monos Sabios: Kikazaru el mono que no escucha el mal, Iwazaru el mono que no dice el mal y Mizaru el mono que no ve el mal y la fantástica Pagoda Toshogu de cinco pisos.
Ingreso al templo por la puerta principal o Torii, el cual marca la frontera entre lo profano y lo sagrado.
La Puerta Yomeimon cuenta con la decoración más lujosa de Japón en este tipo de piezas. Esta cubierta con 508 minuciosos tallados que representan niños, ancianos y bestias míticas y constituye una obra maestra de la artesanía del periodo Edo.
El Santuario fue construido en 1617 con un estilo muy diferente a los santuarios de estilo japonés, que suelen ser muy sobrios. Los pabellones y la pagoda Toshogu muestran elaboradas tallas y están decoradas con vivos colores. El mejor ejemplo es la Puerta Yomeimon.
Siguiente el Futarasan-jinja construido en el siglo VIII y dedicado a uno de los dioses de la montaña de Nikko, representa el corazón espiritual de la zona.
Regresamos de nuevo a la estación de Nikko para coger nuevamente tren Nikko Line hasta Utsunomiya, cambio a Shinkansen y en un abrir y cerrar de ojos estamos nuevamente en Tokio. Nos bajamos en Ueno y aquí metro hasta Akihabara.
Akihabara uno de los barrios más conocidos por ser la meca de la electrónica y de la cultura otaku y manganime.
Nos damos un buen paseo por el barrio lleno de neones por todos los lados, gente de lo más variopinta y de paso entramos a un centro comercial de varias plantas lleno de miles de muñecos de todos tipos y tamaños y en algunos casos con precios desorbitantes. Creo que es uno de los barrios más frikis de Tokio.
Regresamos para casa, cenamos en un local de estos que tienen la barra giratoria con sushis y como nos quedamos con hambre, vamos una vez más donde nuestra amiga la china a comernos un plato de calamares picantes y otro de berenjenas bien condimentadas.
La verdad es que hoy pintaba muy mal y con lluvias pero no ha sido así, hemos tenido un día estupendo, no de sol, pero sí de temperatura. Lo importante es que no nos ha caído ni una sola gota de agua y hemos visto poquísimos turistas.
Martes 23, como la mayoría de los días a las 6,30 arriba, desayuno, ducha y al metro hasta Shimbashi, ahí JR Yokosuka Line hasta Kamakura (directo, 1 hora).
Visitamos por fuera el Templo Kojosuki conocido en todo Japón por ser el origen del Maneki-neko, la figura del "gato que mueve el brazo" que, según se dice, trae buena suerte y éxito a su dueño si se guarda en la habitación o en el despacho. Aunque muchas personas en el mundo creen que su origen es chino debido a su popularidad entre las comunidades china y vietnamita, el lugar de nacimiento del Maneki-neko es Japón.
Caminando un poco llegamos hasta el Gran Buda de bronce de Kamakura data del siglo XIII y es el segundo más alto de Japón. La estatua mide 11,3 metros de altura y pesa 121 toneladas.
Ya de vuelta nos acercamos hasta la playa Yuigajama, continuamos por la avenida principal, la Wakamiya Oji que te lleva directamente por un precioso paseo lleno de cerezos y azaleas hasta el santuario Tsurugaoka Hachimangu. El regreso lo hacemos por la paralela, la calle más comercial de Kamakura, la calle Komachi-dori repleta de tiendas de souvenirs y locales de comida rápida.
Nuevamente tren, ahora hasta Yokohama (25 minutos), una vez ahí cogemos el JR Negishi Line hasta la estación Sakuragicho para visitar para visitar el distrito de Minato Mirai.
Hacemos el paseo Kishamichi Promenade hasta llegar a Aka-Renga Soko (Yokohama Red Brick Warehouse). Se trata de un distrito muy nuevo rodeado por las aguas del puerto de Yokohama con una amplia oferta de ocio y restauración.
Comienza a llover y nos damos la vuelta para coger de nuevo el tren hasta la Tokio Station.
Estamos en la Tokio Station y alucinamos con lo que vemos. Una estación con una superficie de 182.000 m2, que atiende a más de 450.000 viajeros todos los días. A diario más de 3.000 trenes salen de esta estación con 28 andenes y 8 niveles de vías, impresionantes los datos 😱😨
En el lado de Maronouchi, el edificio de ladrillo rojo se ha convertido en un hito de Tokio.
El centro comercial de la estación de Tokio Yaesu Chicagai, es uno de los centros comerciales subterráneos de mayor tamaño en Japón con sus 180 tiendas. Aquí encontrarás de todo, desde ropa de diario, artículos deportivos, droguerías, tiendas de recuerdos, restaurantes, cafés, pastelerías, etc. etc. Es una auténtica pasada y además tienen tanto gusto en la presentación de lo que venden, que te llevarías todo para casa.
Con la miel en los labios por no poder comprar alguna cosa más (no facturamos equipaje) nos vamos para el hotel. Compramos unas bandejas de sushi y cenamos en la habitación, tenemos que hacer luego equipaje ya que mañana regresamos para España, o al menos eso creemos 🤞🤞.
Miércoles día 24, decimos adiós a Japón. A las 8 arriba, desayuno, check out y metro hasta la estación de Hamamatsucho, cambio al monorraíl hasta la terminal 3 del aeropuerto de Haneda.
Una vez en el aeropuerto como vamos con bastante tiempo nos dirigimos hasta el mostrador de Lufthansa y nos dicen que hasta las 11,10 no nos pueden decir nada, así que nos vamos a recorrer la terminal y pasamos un buen rato en la enorme terraza que da a las pistas desde donde puedes ver el aterrizaje y despegue de los aviones. Una forma como otra cualquiera de hacer tiempo, pero bastante más entretenida que estar sentado en una butaca esperando el embarque.
A las 11 volvemos al mostrador y esperamos un buen rato hasta que pesan mi mochila, dicen que pesa 10 kg (debería de pesar 8), que se trata de un Jumbo que lleva mucha carga y que no podemos embarcar ""¿por 2 kilos..? 😂nos echamos a reír, no entendemos nada de estos japos, son unos cuadriculados de tres pares de narices.
Empezamos a buscar alternativas, Roma? ya está cerrado el embarque 😒, París es por la tarde/noche 🤔 lo más próximo que vemos es ir por Londres sale en una hora y es lo mejor que tenemos. En sus mostradores nos dicen que quedan 2 plazas 👌👍 facturamos y embarcamos sin más dilación.
A la 13,20 despegamos en un Boeing 787 con destino Heathrow en Londres. La llegada es a las 19,45 y a esas horas ya no tenemos conexiones con Madrid, por lo que nos tocará hacer noche allí.
Como no se puede sobrevolar Rusia, volvemos por el Pacífico, Círculo Polar Ártico, Groenlandia, Islandia y Londres, 14,30 horas de vuelo y 14.000 kms. Desde arriba el paisaje es tremendamente bonito, alucinas en colores. Así que entre ida y vuelta hemos dado la vuelta al mundo.
Aterrizamos en hora y mira por donde nuestra querida Julita se encuentra en Londres con su hija, nos ofrece quedarnos en su casa y no ponemos la más mínima pega.
Salimos de la terminal, metro hasta Victoria Station (en el very centro de Londres) y cuando llegamos ya está esperándonos, 10 minutos caminando y estamos alojados en casa de su hija. Ha sido increíble coincidir con ella en Londres, pero así es la vida.
Nuestra idea era irnos mañana para casa, pero solo hay tres vuelos y van todos llenos debido a la huelga de controladores en Francia, por lo que decidimos quedarnos un día más y así dar un paseo por Londres que hace años que no lo hacemos.
Jueves 25, hemos descansado, que no dormido, el cambio horario se nota mucho, pero estamos listos para desayunar y echarnos a recorrer las calles de Londres.
Aquí están las dos súper amigas y ahora también nos hará un rato de guía, especialmente para llevarnos a desayunar.
Llegamos a South Kensington Station y justo al lado tenemos la Hacienda Zorita de Salamanca con unos bocatas de jamón que me hacen llorar, no lo dudamos y entramos a comernos uno con una Mahou que nos sabe a gloria. Por fin me olvido del Ramen, noodles, y sushis, que alegría.
Ahora sí que nos podemos tomar el capuchino y el croissant o lo que os apetezca. Con el estómago tan alegre ya estamos listos para patearnos Londres y aledaños 🤣. Julita nos abandona y nosotros nos ponemos en marcha.
Nos dejamos perder por las calles londinenses admirando hermosas casas victorianas, el Victoria and Albert Museum y el Restaurante Bibendum, un antiguo taller mecánico resucitado por el chef francés Claude Bosi.
Como no, la foto de la cabina que no puede faltar en un viaje a Londres y el centro comercial más famoso y renombrado de Harrods, un lugar emblemático para ir de compras en esta ciudad.
Buckingham Palace residencia de la Familia Real Británica, el Palacio de Westminster, edificio victoriano que alberga las cámaras del Parlamento Británico, a su lado el enigmático Big Ben, el reloj más famoso, un peculiar edificio de 106 metros de altura construido en un estilo gótico que alberga cuatro enormes relojes de 7 metros de diámetro en cada una de sus cuatro caras y la Abadía de Westminster, imponente templo que ha sido escenario de hasta 40 coronaciones reales desde 1066.
El London Eye, una gran noria situada al borde del río Támesis construida en el año 2000 para celebrar el nuevo milenio, Trafalgar Square, creada en 1830 para conmemorar la victoria de la armada británica, Piccadilly Circus, la plaza más famosa de Londres y de nuevo el Parlamento y Big Ben visto desde el puente sobre el Támesis.
Paseando por las cercanías de Victoria de camino hacia el Marks & Spencer de King's Rd. y sus bonitas casas victorianas. La calle Bywater St con sus casitas de colores muy curiosa aunque quizá no pegue mucho con el entorno este tipo de decoración exterior.
Terminamos cenando los cuatro en el Mercato Mayfair, un mercado comunitario sostenible y centro cultural en la regenerada iglesia de San Marcos. El salón de comidas está lleno de pequeños artesanos que venden una amplia variedad de alimentos y bebidas, microcervecería y vinoteca.
Viernes día 26, desayunamos, nos despedimos de Julita y Elena y metro de Victoria station hasta la terminal 3 de Heathrow, nuestro vuelo 🤞sale a las 11,50.
Llegamos, facturamos sin ningún problema, embarcamos y en un par de horas estamos en Madrid dando por terminadas estas vacaciones.
A TENER EN CUENTA
- Muy importante llevar un buen seguro de viaje que te cubra al menos 300.000 €. La sanidad en Japón no está cubierta, por lo que tendrías que hacer frente al coste de la asistencia médica, en caso de requerirla y puede llegar a ser extremadamente costosa.
- La vida en general es cara, lo más barato es comer, por unos 8 o 10 € persona lo haces y bastante bien. Café, mínimo 4 euros, cerveza de 500 ml otros 4 euros, la fruta prohibitiva, como ejemplo una fresa cuesta 1 euro, o una naranja 2 euros.
- Alquiler de coche, es una muy buena opción. Poco tráfico, carreteras en estado bastante mejorable, estrechas, muchísimos túneles y lo peor los límites de velocidad 50 km/h en carreteras y 80 en autopista.
- Comprar billetes de metro o tren no es complicado, miras en los paneles que se encuentran encima de las máquinas expendedoras, te sitúas en la estación donde quieres ir y debajo pone el coste del billete, metes los yenes en la máquina y listo.
- La gente es estupenda y servicial, te ayudarán siempre que te vean que estás un poco perdido.
- Las estaciones de metro, tren o en la calle están llenas de lockers, presta muchísima atención donde dejas tú equipaje, las estaciones son ciudades subterráneas y puedes tener un serio problema a la hora de encontrar tú locker.
- Con el tema de los alojamientos, la entrada es a las 15 horas y la salida a las 10. Son súper estrictos con los horarios y si llegas a las 14,45 horas salvo que pagues una cantidad adicional no te darán la habitación.
- En cuanto al idioma, el inglés es cero incluso en los hoteles, no hay manera de mantener una pequeña conversación. Al final tienes que recurrir al idioma internacional, los gestos.
- Tanto en Kioto como Osaka sale más a cuenta coger un one day pass para moverte, es más económico y te permite utilizar metro o bus indistintamente. Si no tienes este pase y quieres montar en el bus tendrás que pagar el precio exacto, no dan vueltas, 230 ¥.
- La seguridad en la calle es 100% tanto de día como de noche.
- Agua potable en todos los sitios, algo muy de agradecer. En los restaurantes siempre te ponen agua y esta es de grifo.
- Los billetes de banco siempre están nuevos, ¿Cómo lo hacen?🤔
- Sale mucho mejor llevar yenes cambiados desde España que hacerlo allí.
- En general, sin ningún problema a la hora de pagar con tarjeta, salvo en puestos de comida callejera y algún que otro restaurante.
- Cosas inesperadas que encontrarás en tú habitación: Zapatillas, pijama, purificador de aire, silla masaje (Kanazawa), aseos electrónicos que necesitas un master para manejarlos, cuando te ven se levanta la tapa sola en modo de saludo 😂.
- A consecuencia del atentado en el Metro de Tokio en donde los criminales ocultaron gas sarín en una papelera para cometer el atentado, las autoridades tomaron la decisión de quitar todas las papeleras de la ciudad. Ole tus c.......s y como hay un accidente en la carretera, cierro todas las carreteras.
- Las raciones para comer en Izakiyas (tabernas) son minimalistas, si no te quieres comer luego un bocata, pídete una docena de raciones por persona.
- Son auténticos ludópatas tanto al juego como a los muñecos de personajes animados.
- En Japón se da un tipo de local de juegos de azar denominado "Pachinko". Se calcula que aproximadamente un 4% de los japoneses adultos son ludópatas.
- Son súper estrictos con todo.
- En Tokio, es muy importante buscar un alojamiento junto a una estación de metro y si tienes el JR Pass que sea al lado de la Línea Yamanote, te evitará grandes caminatas.
- Una web muy importante a la hora de planificar viajes y horarios es Japan Transit Planner. Google maps también ofrece una información muy fidedigna y Navitime.
- Si dispones de un JR Pass no necesitarás pasar por taquilla ni nada por el estilo, pasas el billete por los tornos y ante todo no te olvides de recogerlo cuando sale por la otra ranura, si lo pierdes te has quedado sin nada, no hay manera de reclamarlo, te diriges a la vía y a los vagones que pone Non Reserved (sin reserva de asientos), te acomodas donde quieras y a volar en un tren bala.
- Los trenes son kilométricos y salvo días muy especiales no tendrás problema de encontrar asiento. Llevan de media 16 o 18 vagones con una capacidad de 100 asientos por vagón.
- Tranquilo si pierdes un tren, a los 10, 15 minutos tendrás otro.
Y ahora a disfrutar de Japón. La experiencia ha sido muy positiva, especialmente con relación a su cultura y forma de ver la vida. Son súper amables, disciplinados pero estrictos y con normas a menudo absurdas. La naturaleza de los Alpes está "domesticada", el cien por cien de las cascadas reconducidas con muros y de allí a una presa. Fauna, al menos nosotros no hemos visto ni mosquitos. Las casas y pueblos son una continuidad de punta punta del país, no hay un metro sin construir.
Lo peor es que está hiper petado de gente, jamás habíamos visto tanta gente junta. Los templos son todos muy espectaculares, pero como hay miles acabas tan aburrido de ver tantos que, ya todos te parecen iguales.
Y de lo mejorcito es alojarte en un Ryokan o Minshuku en los Alpes y bañarte en bolas en un onsen al aire libre con las montañas nevadas al fondo. Aquí si que podemos decir que sientes estar en Japón y en cuanto a la famosa comida japonesa si no vas con alguien que te la presente solo comerás Sushi (exquisito) Ramen y soba.
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