viernes, 4 de octubre de 2013

Caribe colombiano


Ver Caribe colombiano en un mapa más grande
 
Después de cinco años sin estar por Colombia, vuelvo nuevamente a visitar este fantástico país y además esta vez es de vacaciones.
Todas aquellas personas que me conocen, saben que es un país que me encanta y uno de los que se encuentran en mi Top Five.
Cuando Montse me propuso el visitarlo, no dude en volver. Hacía bastante tiempo que deseaba darme una vuelta por estos lares y volver a ver a gente con la que había pasado momentos estupendos en la época que trabajé aquí.
Así que sin más avión y a Bogotá.

Martes 1 de Octubre, a mediodía y puntualmente salimos con dirección a Bogotá donde en poco más de 10 horas estamos tomando tierra en el aeropuerto de El Dorado, por cierto con una terminal totalmente nueva.
Allí nos espera Yuleida, la mujer de mi buen amigo Pacho, cargamos las mochilas en el coche y nos vamos para su casa, lugar en el que nos alojaremos 2 días.
Una vez instalados y aunque estamos bastante cansados y con bastante sueño, salimos por su barrio a dar un paseo y tomar una cerveza, además teníamos que esperar hasta las 21 horas que llegaría Pacho a casa.
Finalmemente llega y después de saludos, abrazos, presentaciones y charlar un buen rato, nos acostamos y mañana será otro día.

En casa con Yuleida y su madre Susana, buena gente donde la haya. Solamente puedo decir que nos hemos sentido tratados como en nuestra propia casa y desde aquí darles un millón de gracias por todo. Espero que la próxima foto sea en nuestro terreno.

Miércoles 2, para las 7 de la mañana estamos arriba, quieras o nó, el cambio horario (7 horas menos) afecta bastante. Nos ponen un espectacular desayuno a base de frutas y un buen tinto (café en Colombia) y nos acompañan hasta el Transmilenio (sistema de transporte público de Bogotá) que nos llevará hasta el centro de la ciudad.
Entramos en la oficina de turismo que se encuentra en la Plaza Bolivar y aprovechamos para hacer una visita guiada de unas 2 horas por el centro que sale en esos momentos.

Catedral Primada en la Plaza Bolivar, es el centro religioso más importante de Bogotá.

Seguimos paseando por el barrio de La Candelaria en el centro histórico, uno de los mejor preservados en Latinoámerica. 
Sus calles estrechas y empinadas, sus casonas con tejados y aleros coloniales fueron aposento de la aristocracia criolla y española.

Llega la hora de comer y como no podía ser menos vamos a uno de mis lugares favoritos el Crepes & Waffles. El menú delicioso y de postre una copa de helado bañada con chocolate caliente ¡uffff! que rico.
Por la tarde seguimos paseando y a última hora vamos a buscar a Pacho a la Universidad para volver juntos a casa.

Jueves 3, nos levantamos pronto y otra vez un buen desayuno, esta vez una buena arepa y su correspondiente café.
Llega la hora de despedirnos, al menos de momento de esta maravillosa familia y de coger un taxi que nos lleve al aeropuerto. Cambiamos el vuelo por uno más temprano y nos vamos para Cartagena de Indias en pleno Caribe.

Aterrizamos sobre las 13 horas y con un calor sofocante, creo que la persona que baja las escalerillas va a sudar un rato los días que estemos por aquí.
Nos alojamos en el Hostal Casa Mara, una casa de estilo colonial y a 5 minutos andando del centro colonial de Cartagena.

Lo primero que hacemos es darnos un bañito y seguido a comer que tenemos un poco de hambre. Como el calor es bastante sofocante nos quedamos en el hostel hasta media tarde y luego sin más nos vamos a dar una vuelta por el centro histórico.

Damos un pequeño paseo y sobre las 7 de la tarde nos volvemos al hotel y menos mal porque la tormenta que cae es espectacular, parece que tiran el agua con calderos. Hoy creo que nos quedamos sin cenar y además igual nos viene hasta bien ya que estamos todo el día en un pienso ¡jajaja!.
Ahora a dormir y mañana más.

Viernes 4, toda la noche ha estado lloviendo y la mañana amanece igual, así que desayunamos en el bar Locombia que se encuentra junto al hostel  y hasta las 11 que para de llover no salimos.

Entramos por la Puerta del Reloj al casco histórico para volver a ver la ciudad esta vez de día.

Con la mujer más guapa que he visto nunca, y mi Montse está totalmente de acuerdo.

Recorremos una parte de su muralla, visitamos algunos lugares de cierto interés y sobre todo paseamos por sus preciosas calles.

Nos damos un pequeño festín a base de pescados con unas buenas cervezas y nos vamos a visitar alguna cosilla que todavía tenemos pendiente.

Uno de los lugares era éste: el Castillo de San Felipe, se trata de la mayor fortificación militar construída por los españoles en las colonias en el siglo XVII, y para terminar la tarde y antes de regresar al hostel, un paseíto por Boca Grande.

Dicen que Cartagena no es peligrosa, a no ser por las tapas de alcantarillado. Prácticamente todas se las han llevado puesto que son de hierro y de fácil venta como chatarra. Las aceras están llenas de agujeros donde es fácil meter el pie y romperte la pierna. En el caso de la foto, se han llevado la tapa de la arqueta que se encuentra en la carretera y para que los vehículos no caigan dentro van y le plantan un pedrusco.

La palanquera ya se marcha y nosotros también. Un baño nocturno en la pisci del hostel  y al Café Havana a tomar un mojito para celebrar mi cumple.

Tomando un mojito en el Café Havana, pub de ambiente cubano en el barrio de Getsemaní. Se trata de uno de los lugares más de moda de la noche cartagenera.

Sábado 5, aunque es el día de mi cumpleaños, madrugamos un poco ya que tenemos que viajar a Santa Marta y tenemos unas 4 horas o más hasta allí. Cogemos un taxi que nos lleva hasta la terminal y sobre las 9,30 h. arrancamos, llegando a destino sobre las 2 de la tarde. Otro taxi hasta el alojamiento Nueva Granada y a comer.

Me obligan a cantar mis años, pero no me importa los llevo genialmente bien.

La Catedral de Santa Marta es antiquísima, algunos dicen que es la más antigua de Latinoamérica. Es famosa porque en algún lugar de la misma, está escondida una urna que contiene el corazón y las entrañas del Liberador Simón Bolivar.
Seguimos paseando por la ciudad y tomamos un café con Toni, un valenciano que lleva 4 años por aquí y que regenta un restaurante y ahora un pequeño hostel llamado El Españoleto.

Terminamos la tarde paseando por "el paseo que discurre junto a la playa" y al anochecer nos vamos a descansar un rato al hostel con una birra.

Santa Marta, es uno de los principales destinos turísticos del Caribe colombiano. Quiero pensar que esta fama se debe a la proximidad al Parque Nacional Tayrona y la playa de Taganga, ya que la ciudad y ""su playa"" son bastante decepcionantes, especialmente lo que ellos llaman playa. A su izquierda tiene un muelle donde se carga carbón y a su derecha el puerto con enormes barcos soltando todo a la bahía, con esto creo que queda dicho todo.

Domingo 6, el día amanece totalmente despejado y con mucho calor. Después de desayunar cogemos un taxi para subir al pueblo de Minca y pasar el día por allí.

Echamos 4 litros de gasolina, evidentemente de estraperlo y nos vamos para arriba.

Una vez en Minca nos subimos andando unos 45 minutos hasta el Pozo Azul donde nos damos un fabuloso baño y de paso nos refrescamos del intenso calor que hace. Sobre las 12 nos bajamos nuevamente hacia el pueblo con intención de ir a ver las cascadas de Marinca, pero está bastante lejos y al final decidimos tomarnos una cerveza y luego ir a comer, además empieza a tronar y cae una tormenta de la leche.

Así estaba el río a su paso por el pueblo a la hora de comer, prácticamente igual que la Pedriza en verano.

Después de comer nos vamos a tomar un café a Casa Antonio. Se trata de un gallego-andaluz que se instaló hace unos años aquí y regenta un hostel-restaurante.
Charlamos un buen rato con él y con Juán Pablo un madrileño que se está viviendo en Bolivia y sobre las 5 de la tarde pillamos la última camioneta que regresa a Santa Marta. Ahora lo que queda de tarde cervecita, cena y tranquilidad.

Lunes 7,desayunamos pronto, nos despedimos de Juan Pablo y nos vamos a coger una buseta que nos lleve hasta nuestro próximo destino: Palomino.

Lo primero que hacemos es buscar alojamiento y lo encontramos en las Cabañas Praba, un lugar muy tranquilo, en la misma playa y en el que estamos prácticamente solos.
Nos damos un buen baño, primero en la piscina, luego en el mar y a comer. Esto lo hacemos en el hostel que se encuentra a nuestro lado, el Dreamer. La comida estaba bien, pero el servício espantosamente malo, más de una hora en servirnos y además según nos comenta el responsable se puede demorar hasta 2 horas, es decir que tenemos que estar contentos.

El paseo de la tarde se nos fastidia, vuelve a caer una fuerte tormenta que dura casi 2 horas. Al final oscurece y nos quedamos tirados en unos chichorros hasta la hora de la cena.
Nos cenamos un pescado y un ceviche de camarones y a dormir.

Martes 8, nos levantamos sobre las 6 de la mañana y nos vamos a dar un paseo por la playa hasta la desembocadura de uno de los rios cercanos y después un buen baño en esas aguas tan calientes.

Después del refrescante baño, desayunamos, pagamos y listos para cambiar de lugar.

Pués nada de nuevo con la mochila a cuestas nos vamos hacia la carretera a coger una de las muchas busetas que pasan y que nos llevarán a Riohacha.

A las 12 del mediodía llegamos a Riohacha (1,30 h de viaje), nos vamos directamente hasta el hostel Castillo del Mar, quizá un poco separado del centro, pero al final para una noche que vamos a estar decidimos quedarnos en él.
Playa de Riohacha, de aquí copió Ibarrola su idea para hacer el bosque de Oma ¡jejeje!

Una vez instalados nos vamos a pasear por el malecón y de paso ver mulitud de bolsos de vivos colores y de los que al final Montse se compra uno.
Miramos en varios lugares precios para ir mañana a Cabo de La Vela y Punta Gallinas, los precios son elevados, pero el hacerlo por tu cuenta lleva muchísima pérdida de tiempo debido a la cantidad de veces que debes de cambiar de buseta para llegar al Cabo y porque para ir a Punta Gallinas no hay ninguna posiblidad de hacerlo por tu cuenta puesto que no hay transporte.
Además según nos dicen por la calle, las cosas están complicadas y se producen bastantes atracos a la gente que va sola.
Así que al final y después de regatear bastante llegamos a un acuerdo y mañana a las 8 de la mañana saldremos para allí. 

Miércoles 9, sobre las 8,30 h pasan a buscarnos para ir al Cabo de la Vela, recogemos a otras dos parejas y salimos sin más.

La primera parada la hacemos en Uribia, cercano a la frontera con Venezuela y donde el contrabando de gasolina es alucinante. Es vendida por todo el mundo y en todo tipo de envase, botellas, garrafas, bidones. etc. etc. El día que una botellas de esas explote, va a saltar todo el pueblo por los aires.

Cada garrafa de 25 litros que nos echó este tipo costaba 25000 pesos, que al cambio serían 10 €. Según me cuenta el mismo, estos 25 litros en Venezuela cuestan 100 pesos. Si tenemos en cuenta que 1€ son 2500 pesos, echa cuentas de su precio, más o menos a 0 euros.

Continuamos hasta las salinas de Manaure, damos un pequeño paseo y seguimos.

Llegamos a Cabo Playa, destino y lugar en el que nos alojaremos y a unos 10 kms. del Cabo de la Vela. Lo primero que hacemos es comer y seguido darnos un baño en estas calientes aguas caribeñas.

Por la tarde, visitamos el Ojo de agua, donde aprovechamos para volver a meter la cabeza debajo del agua.

Y terminamos el día, subiendo al faro para ver el atardecer. De aquí de nuevo al Cabo para cenar y prontito al chinchorro a dormir ya que a las 21 h. se quita la luz y además a las 5 tenemos que estar levantados para irnos a Punta Gallinas.

Jueves 10, no hemos pegado ojo en toda la noche, los mosquitos nos han comido y menos dormir hemos hecho "casi" de todo. ¡hummmm!

Esto era lo que prometía ser una feliz noche y que sin embargo se convirtió en un suplício.

A las 5,15 salimos hacia Puerto Bolivar, pero cuando llevamos media hora entramos en un enorme barrizal y el carro se para. Parece ser que la batería se ha mojado y soltado una borna y no hay manera de arrancarlo. Finalmente un carro que se acerca por allí nos presta su batería para arrancarlo y podemos continuar camino.

A las 6,30 llegamos a Puerto Bolivar donde ya nos espera la lancha para ir a Punta Gallinas. El trayecto dura 2,15 h. y no ha sido muy agradable que se diga, el mar estaba bastante movido y hemos pasado algo de acojone.

Ya estamos en Punta Gallinas y ya nos esperan con un buen desayuno. Nos comentan que hace una semana que no aparece un turista por allí, por lo que somos los únicos que se encuentran en ese apartado y lejano lugar.
La verdad es que llegar hasta aquí no es apto para todos los públicos, pero una vez aquí te das cuenta que el esfuerzo ha valido la pena.

Una foto y listos para salir con Alfonso, un indígena de la etnia Wayuu que nos llevará a visitar las dunas de Taroa, uno de los lugares más espectaculares de Punta Gallinas.

Hasta llegar aquí, recorres paisajes áridos y desérticos, con muy poca vegetación y de repente te encuentras con estas inmensas montañas de arena dorada de decenas de metros de altura. Estamos en las Dunas de Taroa.

Después de subir las dunas y llegar a la cima te encuentras el Mar Caribe en tus narices, con sus colores turquesa y una infinita playa para ti. Es un lugar mágico y totalmente virgen, en su estado más puro y de los que creo quedan pocos en el mundo.
Así que lo primero que hacemos y después de bajar casi rodando, fuera ropas y al agua patos, el Caribe es nuestro.
Espero que el turismo en masa tarde en llegar a este lugar. Hace casi 6 años conocí el maravilloso Cabo de la Vela, eran cuatro casitas de pescadores y nada más. Hoy un hervidero de rancherías, restaurantes y negocios relacionados con el turismo pueblan el lugar ¡¡qué pena!!

Carmen nos prepara un buen pescado para comer y luego un ratito de descanso, el sol es abrasador y no se puede salir hasta que empiece a caer un poco la tarde.

Ya hemos descansado un rato y nos llama Fidel, sobrino de Alfonso para coger la lancha e irnos a ver montones de flamencos rosas.
El color de sus patas y cuerpo no es de nacimiento. Al nacer son de color blanco, grisáceo y marrón, y sólo adquieren el color rosaceo de adultos. Éste se lo proporcionan los crustáceos y algas que forman parte de su dieta.

Nos vamos a otra playa a ver el atardecer, darnos otro baño y de nuevo regresamos a nuestra comunidad, Carmen ya nos tiene preparado el pescado para la cena, esta vez era un jugoso pargo.
A las 20 h. a dormir, mañana otra vez a las 4,30 h. nos tenemos que levantar para regresar de nuevo a Puerto Bolivar.

Viernes 11, a las 5 en punto bajamos para el embarcadero para coger la lancha, todavía no es día del todo.

En Puerto Bolivar de nuevo. Esta vez en 1h 10 mtos. hemos hecho la vuelta y con un viaje mucho más placentero que cuando fuímos, vamos a favor de las olas y esto se nota no veas de que manera.

Vamos a Cabo Playa de nuevo, desayunamos, nos vamos a ver el Palo de Azúcar y luego darnos un refrescante baño en la bonita playa adyacente.
Como curiosidad, en La Guajira no hay agua potable y toda ella se lleva en cisternas, ésta es muchísimo más cara que la gasolina.

Comemos y nos despedimos de Cabo Playa en cuanto la señora acabe de darle los últimos retoques a la mochila de la foto que le ha comprado Montse.
A las 16 h. llegamos a Riohacha, hora en la que empieza el partido entre Colombia y Chile valedero para la clasificación del mundial 2014. En el primer tiempo Colombia pierde 0-3 y en el segundo consiguen empatar a 3  lo que les lleva automáticamente al mundial. La que se monta en la calle es como si hubieran ganado el mundial, una auténtica locura.
Nos alojamos en el Hostal Las dos Palmas, nos tomamos un enorme jugo y a dormir.

Sábado 12, hoy estamos en plan tranqui, desayunamos muy bien y con unos jugos que quitan el hipo, luego paseo por la playa.

A Montse le compro otra mochila grande y una pequeñita y con esta creo que se lleva 4, le encantan, creo que se compraría todas, realmente son preciosas y muy llamativas.

Nuestra vecina cumple 12 añitos y le han puesto estos pedazo de rulos para alisarle el pelo y que esté muy guapetona. Madre mía que dolorrrrrr tener todo eso en la cabeza.

Tres jóvenes de las montañas de Valledupar que por primera vez ven un barco y el mar.

Pargo azul, por dentro de carnes muy blancas y sabrosas.

Está claro ¿no?, pués nos vamos a dar un paseo, cenar y a dormir, mañana será otro día. Ciaooo

Domingo 13, nos damos un buen desayuno y luego acompaño a Montse hasta el aeropuerto. Ella tiene que volver a casa y descansar un poco, le queda muy poquito para volver a trabajar. Es lo malo de eso que llaman trabajar, que la vacaciones se acaban.

Yo me cojo de nuevo una camioneta atestada de gente y me marcho de nuevo a Palomino, estaré 2 días de playa y de relax.
Vuelvo a alojarme en las Cabañas Praba y en la misma cabaña, es un lugar en el que me encuentro muy a gusto y muy bien tratado.

Aunque no lo parezca, éste carro anda, con un poco de ruido y casi perdiendo el chasis, pero anda.
Por la tarde me subo hasta el pueblo a tomar una cervecita y a hacer tiempo.
Un día más sobre las 21 h se prepara un fuerte tormenta y está hasta medionoche tronando y lloviendo sin parar.

Lunes 14, a primera hora me voy paseando por la playa hasta el otro río que no pudimos ver el otro día. Entre ida y vuelta me tiro más de 2 horas, por supuesto con varios baños incluídos, hacía mucho calor y de vez en cuando había que remojarse.

Tirando las redes para pescar, aunque por lo que pude comprobar todo el tiempo que estuve con él, no era el día.
Sigo en plan tranquilo hasta la hora de comer que me subo de nuevo al pueblo para comprar unos tomates, pimientos, zanahorias y hacerme un rica ensalada.
De postre unos plátanos de los pequeñitos y un coco. Todo me cuesta menos de dos euros.

Mi rico manjar para comer y cenar, tenía unas ganas locas de poder hacer una comida de estas y además con agua ¡jeje!. Para que luego diga Montse que no hago comidas sanas y que no bebo agua..
La tarde la paso en la playa y con Alex, el dueño de estas cabañas.Me cuenta toda su vida, me invita a unos tragos y luego a cenar, aunque ésta la rechazo, prefería cenarme mi ensalada.
Como todos los días y a la misma hora vuelve a diluviar, ya me quedo dormido y no sé muy bien cuando para.

Martes 15, desayuno prontito y me doy mi último paseo y baño. Luego una duchita y salgo para el pueblo para coger camioneta que me lleve a Barranquilla.
Hago el trayecto en dos tramos, primero hasta Santa Marta y el segundo hasta Barranquilla.

A mi llegada  Barranquilla, cae una tormenta que da miedo, las calles son ríos y el agua como se puede ver llega hasta el nivel de la puerta de los coches.
Me alojo en el Hotel Canadiense y espero a que pare de llover para poder salir a dar un paseo, por esta fea ciudad que poco o nada tiene que ver.

Me comenta el taxista que el río se ha desbordado y se ha llevado un autobús cargado de pasajeros y varios coches.

La ciudad es un río la mires por donde la mires. Finalmente sobre las 5 para y puedo salir. Me voy al Éxito a comprar un poco de café para llevar a casa y aprovecho para comer un poco, llevo desde el desayuno sin probar más que un plátano.
¡Ahh! he estado buscando a Shakira por todo Barranquilla pero nada de nada, que no hay manera de quedar con esta mujer.
Bueno, pués mañana a mediodía volaré para Bogotá para pasar mi último día por Colombia.

Miércoles 16, a las 9,30 pillo taxi para el aeropuerto y me las veo y deseo para llegar, está diluviando de nuevo y la ciudad es nuevamente un río. Al final y gracias a la perícia del taxista, vamos bordeando la ciudad por sitios más altos y llegamos sin problema.

Los coches amontonados por las fuertes riadas. Igual que en el día de ayer, la tormenta no duró más de una hora. Su gran problema es la falta de alcantarillado.

No me extraña que los arrastre el agua, quizá piensan que conducen un barco en vez de un coche.

Una vez en el aeropuerto facturo y al rato nos informan que el vuelo está retrasado, no hay corriente eléctrica y la tormenta sigue encima.
Finalmente con 2 horas de retraso salimos para Bogotá donde llego a las 15,30 de la tarde. Luego otra hora esperando a que salieran los equipajes, en fin toda una odisea.
Cojo un taxi y me vengo a casa de Pedro y familia, donde llego a las 5 de la tarde.

Me reciben con las manos abiertas, charlamos un buen rato y cuando llega Pedro del trabajo nos vamos a cenar a mi lugar favorito, otra vez al Crepes & Waffles. De nuevo la cena exquisita y con esta compañia ni te cuento.
Una vez en casa nos hacemos la foto de familia, Pedro, Luján, el mendas, Patricia e Iñaki, falta Paula que se encuentra estudiando en Buenos Aires.
Desde aquí darles un millón de gracias por todo, por alojarme, por la maravillosa cena que me ofrecieron y especialmente por lo maravillosa que es toda la familia Urdaniz.

Jueves 17, último día en Colombia. Las vacaciones se han terminado y toca volver de nuevo a casa. 

He dado un paseo por la zona de Unicentro y Usaquén recordando viejos tiempos y ahora a comer para salir hacia el aeropuerto, a las 17 h. sale mi vuelo.

Una vez más dejo Colombia con un buen sabor de boca, es un país que me gustaba y hoy vuelvo a decir lo mismo y a recomendar su visita. 
Pasear por sus calles, sus pueblos, hablar con sus gentes y disfrutar de su buena comida es una auténtica delicia.
Poco a cambiado desde la última vez que estuve allí por el 2008, quizá haya notado menos ruido en su bulliciosa y loca Bogotá. El turismo, al menos en la zona caribeña, se ha incrementado bastante y en muchos de estos lugares ha perdido el encanto que tenía, pero el internet y la globalización poco a poco llega a los rincones más inhóspitos del planeta y los lugares sin explotar son casi inexistentes.
Aún así, pienso que volveré a visitar este país más veces, me gusta el país, me gustan sus gentes y quiero a los buenos amigos que hice allí.

¡¡AH!! aviso a navegantes, si contratas algún tour al Cabo de la Vela, evita por todo los medios contratar con Wayuu  Tours. Te engañarán fijo o al menos lo intentarán, prometen que te llevarán a dormir al Cabo de la Vela y donde realmente te alojan es en Cabo Playa, 11 kms antes del Cabo y en pleno desierto, no hay absolutamente nada de nada.

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