lunes, 12 de julio de 2010

Gambia

Gambia, el país cuyo slogan es en "Gambia No Problem" o en "Gambia No Pasa Nada". Esta frase la puedes escuchar unas 20.000 veces al día y puedo asegurar que dicho slogan es muy, pero que muy cierto.
Se trata de un país que divide a Senegal en dos partes y que para recorrerlo únicamente tenemos dos opciones: navegar por el enorme río Gambia (es como si fuera su columna vertebral) o hacerlo por la carretera que discurre paralela al río, una al norte y otra al sur. Eso sí, deberás estar dispuesto a tragar cantidades ingentes de polvo rojo.
Se puede disfrutar del país y a su vez conocer muy de cerca la realidad del mismo, una realidad que te atrapa y no te deja indiferente.
Tuvimos la ocasión de pasar un día con uno de esos Madrileños por el Mundo: Luis "El Nota", un tipo fenomenal donde los haya y con un compromiso hacia todos esos niños que pone los pelos de punta. Visitamos parte de su proyecto en Berefet como puede ser: el taller de carpintería donde fabricarán las 1.000 colmenas que tiene previsto poner a rendir (actualmente ya tiene en producción 50), el local ya terminado donde se procesará toda la miel y por último el solar donde construirán un orfanato para 50niños.
Aparte de esto, él tiene su propio negocio: La Taberna del Nota, un restaurante tan famoso como él mismo.
La parte de las excursiones, las hicimos con Joachim y Agustín como guías y con Lamin como conductor, todos ellos fenomenales y que por supuesto recomiendo a todos aquellos que os apetezca pasar unos días en Gambia. Su correo es: joachimdiatta77@yahoo.fr y su tfno. (00220) 9890035 / 6541450.
En el mapa adjunto se puede ver el recorrido que hicimos, y a continuación, un poco más en detalle como fue nuestro viaje.


Ver Gambia 2.010 en un mapa más grande

Salimos el sábado día 3 de julio con Iberia y nuestra primera escala es en Casablanca (Marruecos). Disponemos de unas 6 horas en esta ciudad antes de volver a tomar otro vuelo con destino Banjul (Gambia), esta parte la haríamos con Royal Air Maroc.
Aprovechamos para desplazarnos a la ciudad y visitar la Gran Mezquita Hassan II, el templo más representativo del país en el siglo XX.

Posando con "Mis Ángeles" (los de Charlie), en una de las varias fuentes que rodean la Mezquita.

El vuelo se retrasa 1,30 h; en estos casos normalmente te cabreas, pero en esta ocasión nos viene de perlas, podemos ver el partido entero de cuartos de final contra Paraguay. Resultado 2-0 y la mayoría de los marroquíes con la roja. Ánimo España, nos queda otro para llegar a la final, aunque este va a ser muy jodidillo: la todopoderosa "Alemania", pero presiento que os vamos a mandar con la Merkel.

Nuestro vuelo llega a las 3 de la madrugada, cogemos un taxi y nos vamos para el hotel a descansar un poquito. A las 9 ya estamos desayunando, luego un lavado de dientes y a visitar el Bijilo Forest Park, una pequeña reserva natural muy cercana a Kololi, donde se pueden ver montones de primates como los de la fotografía.

Pudimos disfrutar de los monos que se acercan hasta prácticamente comer de la mano, de su exuberante vegetación y de un olor muy agradable. El calor era intenso y la humedad altísima, por lo que decidimos hacer la vuelta por la playa.

Después de la sudada que traíamos, qué mejor manera de quitarla que aprovecharnos de la magnífica piscina del Senegambia (hotel donde nos alojamos y que recomiendo).
Mientras mis "Gemmas Menguales" hacían natación sincronizada, yo me tomaba una buenísima cerveza JulBrew.

Al atardecer, cientos de personas celebran en la playa la fiesta del verano. Nos unimos a ellos y pasamos un buen rato.

Preparados para hacer flexiones, tienen una cierta obsesión con el ejercicio y tener cuerpos Danone.

Atardece sobre Kololi y nosotros damos la vuelta para el Hotel, tenemos que buscar a nuestras compañeras para ir a cenar un poquito y pronto a la cama, que la noche pasada fue muy cortita.

Lunes día 5, a las 8,30 viene a buscarnos Joachim con Lamin y comenzamos nuestra primera salida. Empezamos por Serekunda, la ciudad más grande de Gambia. Visitamos su mercado, hacemos algunas comprillas (especialmente comida) y seguimos de ruta.

Nuestro siguiente destino: Lamin Lodge, un restaurante de madera construído sobre el agua en el que los monos son los auténticos protagonistas y rodeado de manglares ( una de las pocas plantas que pueden sobrevivir en agua salada).

El camino a Lamin Lodge está serpenteado por montañas de triturado de ostras y grandes montones de conchas. Las ostras se adhieren a las raíces de los manglares y las mujeres a diario van al río a recogerlas cuando la marea baja. Antes de consumirlas, las ostras son cocidas y clasificadas según el calibre, las grandes se venden en los restaurantes y las pequeñas en los mercados locales. Todo se aprovecha de estos moluscos, incluso las conchas y depósitos se transforman en una especie de ceniza que se utiliza para la construcción de carreteras.

Aprovechamos par dar un relajante paseo en barca por los manglares y de paso observar una gran variedad de aves .

Después del paseo en barca Henry (el de la izda.) y su colega tenían muchas ganas de tener una fotografía juntos y me pidieron que se la enviara por e-mail.

Nos vamos para Brikama, la tercera ciudad del país en cuanto a tamaño y número de habitantes. De aquí salen las mejores tallas de madera de toda Gambia. Su mercado es un buen sitio para observar cómo se trabaja a mano la madera, hay verdaderas obras de arte. Los precios son mucho más bajos que en otros mercados.
El artista se despide de su novia, es "la última vez que la verá" ya que se la compré y me la traje para España.
A partir de ese momento, fue bautizada como: KOMOTU LAMIN.

Va llegando la hora de comer y nos vamos a Paradise Beach en Sanyang y muy cerca de Tanji. Mientras se prepara la comida, que por cierto fue exquisita, me voy a dar una vuelta por la playa con el tipo de la izda y la dcha.

Me muestran todo el entramado y proceso del pescado una vez llegado a tierra. Prácticamente todo el pescado es secado o ahumado.

Ayudados por unos rodillos, consiguen llevar a tierra sus barcos, no sin un gran esfuerzo.

Tanji, el pueblo de los pescadores. Uno de los lugares más atractivos de Gambia. Cientos de gambianas suben a los cayucos senegaleses a comprar el pescado. Es un espectáculo que no debes perderte.
El pescado se vende por cubos o carretillas y no al peso. Prácticamente el cien por cien de los barcos son senegaleses, por lo que cuando es fiesta en Senegal, en Gambia no hay pescado.

Atardeciendo sobre Tanji, otro espectáculo. Ahora toca regresar para Kololi, ducha, cervecita y hoy nos saltamos la cena, la comida ha sido muy copiosa y no tenemos hambre.

Día 6, nos vamos en primer lugar a visitar la escuela Canarias Lamin School, hacemos entrega de material escolar, medicinas y un apoyo económico. Seguido nos muestran todas y cada una de las aulas, donde los niños nos reciben con canciones y una sonrisa de boca a boca. Todos desean tocarte y no dejan de decir: Tubab, tubab, tubab, (hombre blanco) es la palabra que pronuncian los niños. A pesar de sus extremas necesidades siempre tienen una sonrisa para regalar.

Les encanta que les hagan fotos y luego poder verse en la pantalla, no paran de reírse y piden más y más. En esta fotografía dos preciosas alumnas del colegio. Mi más sincera enhorabuena al colegio por la enorme labor que hacen y a todos aquellos que con su pequeña o gran colaboración hacen que estos niños puedan seguir sonriendo.

En todas las aulas nos dedican una canción, su sonido en directo es espectacular.

Ahora nos tocaba corresponder así que nos tiramos a la piscina con esa que dice:..."Un elefante se balanceaba........."

Una vez terminada la visita, nos vamos a conocer Banjul, la capital de Gambia, una pequeña ciudad de unos 35.000 habitantes y que no tiene mucho que ver. Se encuentra en la Isla St. Mary (Isla de Banjul), donde el río Gambia entra en el Océano Atlántico.
El monumento más importante Arco 22 fue construído para conmemorar el golpe de Estado militar del 22 de julio de 1.994.
Por debajo del mismo, solo puede pasar en coche el Presidente.

Puerto de Banjul: las pateras rellenas de personas preparadas para cruzar el río hasta Barra. Llegan a triplicar su capacidad; cargados de paquetes, comida, sacos de arroz y todo lo que puedas imaginar. Hasta que el agua no está al borde, no salen para la otra costa.

Después de comer una buena barracuda en Banjul en un restaurante situado junto al Arco 22, nos dirigimos a la zona de Serekunda para comprar unos Batiks.
El Batik es una de las varias "técnicas de teñido por reserva" (Ikat; Tie Dye; Plangit; Bandhana; Shibori). Es utilizado para colorear tejidos y consiste en aplicar capas de cera sobre las regiones que no se desean teñir (zonas reservadas), fijándose las anilinas en aquellas zonas no reservadas. Este proceso se puede repetir tantas veces como se desee, lo que permite sobreponer colores, logrando con ello una muy rica variedad de matices. La propiedad que tiene la cera de resquebrajarse una vez endurecida, permite que en el posterior teñido se dibujen líneas quebradas o "craqueladas".

Día 7, San Fermín. A las 12 h. celebramos con chupinazo y pregón incluído las fiestas más importantes a nivel internacional de España. Brindamos con un excelente vino blanco de Sudáfrica y luego hicimos el pasacalles con el asombro de todos los trabajadores del hotel, estaban alucinados con los españoles.
Este día lo dedicamos a descansar, piscina, playa y cerveza, mucha JulBrew.
Por la tarde a las 18,30 h. al bar para ver el partido de España-Alemania. Vaya baño que les dimos, un partidazo, había 4 alemanes que los pobres no decían ni mú. Al final 1-0 y España a la final (ya decía yo que éstos se iban con la Merkel). Hicimos pasacalles por el pueblo y los gambianos con nosotros, ¡una vez más dimos la nota de alegría en la ciudad!

Día 8, Joachim no puede venir ya que tiene que llevar a su hermana al hospital y nos acompaña su hermano Agustín, un tipo encantador. Según su hermano, el economista y más listo de la familia.
Esta vez nos iremos hacia el interior de Gambia 2 días.

De camino a Tendaba, se encuentra a unos 160 kms. de Kololi. El camino discurre por un trozo de carretera recién asfaltada y el resto por caminos de tierra rojiza, donde el polvo se mete hasta el hígado y donde la ropa cuando llegas no la reconoces, ha cambiado de color y todo es de un color rojizo-marronizo, o mejor dicho marranazo.

Palmerales inundados por las lluvias caídas en los últimos días. El camino es de una belleza indescriptible: vacas, cabras, perros, gente, cientos de niños por las carreteras, mercados y todo lo que puedas imaginarte.

Seguimos atravesando aldeas y por supuesto, tragando polvo, pero no nos importaba demasiado.

Hacemos una primera parada en una pequeña tribu, nos invitan a visitar sus casas, los niños salen como champiñones, te agarran, te tocan los brazos, todo les llama la atención. Tubab, tubab, minty, minty (hombre blanco, caramelo), nos hicimos multitud de fotografías, les dimos mucha ropa, lo cual agradecieron un montón, y por supuesto, a los niños caramelos.

Esta madre amamanta a su bebé con una sonrisa de oreja a oreja. Una auténtica pasada de gente.

Rodeado de niños, todos quieren salir en la foto.

Después de unas 6 horas de viaje llegamos a Tendaba, un lugar super bonito y como no podía ser menos, nada más llegar nos empiezan a invadir los niños.

Niños, niños, simpáticos niños, salen por todos los lados, sonrientes, encantadores, niños que te dedican una sonrisa sin pedir nada a cambio.

No tengo palabras para definir la mirada al infinito de este niño, enormes ojos azules transparentes como el agua de fondo y como pidiendo ayuda....
Todos necesitamos aportar nuestro granito de arena y contribuir a olvidar las injustas diferencias con nuestro mundo occidental.

"Tomando la fresca" (como decimos en mi pueblo). Es un pequeñísimo embarcadero donde la paz es absoluta, te olvidas del día, la hora y del resto del mundo.
El campamento se encuentra situado a orillas del río Gambia, las habitaciones son cabañas africanas que constan de una "cama" que como base utilizan una enorme plancha de hormigón, un ventilador y un "baño". Las camas cuentan con mosquiteras, aunque yo llevé la mía que estaba más nueva, para evitar las picaduras de los temibles mosquitos Anopheles.
La malaria que se padece en esta zona de la franja subsahariana, es la más peligrosa y mortal de las existentes, por lo que las medidas a tomar nunca son pocas, y por lo tanto recomiendo antes de ir pasar por un centro de vacunación internacional y que te receten Lariam o Malarone (nosotros tomamos esta última).

Día 9, comenzamos el camino de regreso a Kololi. Paramos de nuevo en otra pequeña tribu donde les entregamos otro montón de ropa (tenía que guardarme al menos una camiseta y un pantalón para regresar a España, lo había dado todo, hasta mis guapísimas zapatillas que había comprado en Buenos Aires). Igual que el día anterior, nos mostraron sus casas y sus quehaceres diarios.

Haciendo las funciones de un Dyembe, con una garrafa de plástico se puso una chica a tocar y el resto a bailar y cantar para nosotros. Al final perdimos la vergüenza y todos nos pusimos a bailar sus ritmos. Nos echamos unas risas del copetín y sobre todo ellos viéndonos a nosotros.

Hacemos otra parada en el camino, esta vez para comer otra deliciosa comida compuesta de pescado (lady fish), pollo, ensalada y verduritas. El lugar de ensueño y de mis sueños, como se suele decir, me dejó anonadado. Si en este mundo hay un lugar donde se respire paz y tanquilidad, este es el sitio: Bintong Bolong.

Sábado día 10, quedamos con Joachim y Agustín para despedirnos de ellos en el Ali Babá; es nuestro último día, aunque lo aprovecharemos a tope ya que nuestro vuelo sale a las 2 de la madrugada del domingo día 11.
Tomamos unas cervezas, charlamos un buen rato y seguido nos hacen entrega de unos regalos para todos; a las chicas unos colgantes super-bonitos y a mí un gargantilla preciosa de hueso de tiburón. Por supuesto, se lo agradecemos enormemente y una vez más les damos las gracias por lo bien que se han portado con nosotros.


Como he dicho, teníamos todo el día para seguir haciendo cosas, por eso nos vamos con Germán, un madrileño fantástico que conocemos en el hotel y que hablando con él, nos cuenta el motivo de su viaje a Gambia:
El proyecto es sencillo; una carrera popular solidaria en Madrid, con una inscripción económica que se destinará a ayudar a enviar medicamentos hasta Gambia.
Todo el proyecto está aquí: http://www.gambiarace.org/ y animo a todo aquellos que lean este blog a su participación en dicha carrera, con esta pequeña aportación ayudaremos a erradicar tanta muerte en el mundo por falta de medicamentos.
Cogemos un taxi y nos vamos a casa de Luis el Nota, allí está Kemo, un niño que esa misma noche volará tambien para España (Barcelona) para ser operado y tratado de una enfermedad que le hace estar siempre en cuclillas, ya que en otra posición se ahoga. Ha venido de España Nuria, una enfermera muy comprometida con estos temas y que le acompañará junto con el padre del niño durante el viaje. Espero y deseo que todo le salga bien y que pueda volver con sus familiares lo antes posible.



Montamos en el coche de Luis y lo primero que hacemos es parar a comer un bocata de hígados con salsa de cebolla y una Coca Cola; estaba buenísimo. Seguimos por carretera hasta su "pueblo": Berefet. Todo el mundo lo llama: Luis, Luis, Luis, parecía el alcalde. Nos enseña lo que al comienzo de esta página he descrito y nos explica todos los proyectos que tiene en mente. A eso de las 6 de la tarde regresamos para casa, parando primero a regar los pepinos y flores que tiene donde van a instalar el Orfanato, seguido nos deja a los tres en el hotel. Nos despedimos de él, esperando volver a vernos en un tiempo no muy lejano.




En Berefet, junto al pabellón donde procesarán la miel procedente de esas mil colmenas.

Una vez en Kololi nos vamos al hotel a darnos una ducha, hemos llegado bastante guarros otra vez, me pongo la camiseta de España (única que tengo para regresar a España), cenamos una Domoda de pescado y a las 23,30 cogemos un par de taxis para el aeropuerto. Facturamos y a las 2,15 h. emprendemos nuestro vuelo de regreso, hacemos una primera escala en Monrovia (Liberia), otra en Casablanca (Marruecos) y por fin a las 14,40 horas del domingo día 11 aterrizamos en Madrid-Barajas.


A las 18,30 h. autobús para Pucela y llego justo para la final. La ciudad está desierta, corro a casa para ver el partido, sufro porque no marcamos, porque el árbitro una vez más pita en nuestra contra y porque los holandeses son muy guarros y todo se les perdona. Pero al final y a falta de pocos minutos para los penaltis, el mejor de los mejores, "Iniesta", marca un golazo que hace que nos proclamemos por primera vez en la historia: ""CAMPEONES DEL MUNDO"".

A partir de ahora y hasta el año 2.014
The winner is: Spain.




Y también a partir de ahora espero que entre todos contribuyamos a desterrar la pobreza y las injusticias en las que vive este país sonriente, lleno de color, con una naturaleza exhuberante y con unos habitantes hospitalarios. Pero ante todo, que no copien el modelo de desarrollo de este mal llamado "Primer Mundo" porque entonces la habrán cagado.

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