lunes, 21 de enero de 2013

Río de Janeiro

Río de Janeiro, cuenta con una poblacion de unos 12 mil/hab., y es uno de los principales centros económicos, de recursos culturales y financieros del país. Igualmente es conocida por sus iconos culturales y sus hermosos paisajes.
Cuenta con las más que famosas playas de Copacabana e Ipanema y con el inmenso Cristo Redentor que domina toda la geografía urbana de un color verde y azul. Verde por la selva que entra hasta las mismísimas casas y azul por el océano que se mete entre las propias construcciones.
Debido a tan complicada orografía, la ciudad tiene cantidad de túneles y puentes que hacen posible el poder moverse por esta gran metrópoli.
Su orografía es un tanto caprichosa, donde se junta mar, montaña, ríos y lagunas, la mezcla de todos estos, crean una geografía variada y a su vez muy hermosa.

Vistas de la Playa de Copacabana desde la piscina de nuestro hotel

Jueves 17 de Enero, sobre las 13 h. salimos dirección Río de Janeiro, ciudad a la que  llegamos 10,30 horas más tarde. Nada más salir del avión sientes como un bofetón debido a la mezcla del calor y la humedad reinante. 
Directamente nos vamos para el hotel situado en un lugar maravilloso y justo en la mitad de las Playas de Copacabana e Ipanema.
Una vez instalados, salimos a dar un paseo y tomar una cervecita. Tenemos que regresar antes de tiempo debido a la fuerte tormenta que cae y que hace que lleguemos chorreando agua por todos los lados. Pero esta es sólo la primera, habrá alguna más.

 Playa de Ipanema

Viernes 18, me levanto prontito y para las 7 am estoy listo para hacer footing por la playa de Copacabana. Recorro sus 8 kms (ida y vuelta) con un calor bastante sofocante y para las 8 estoy en hotel. Montse ya está lista, así que me doy una ducha rápida y a desayunar.
Sobre el desayuno no sé ni que decir, era impresionante, no faltaba de nada, servido en la terraza junto a una de las dos piscinas que disponía el hotel, con vistas a la Playa de Copacabana y con unas cuantas copas de Moet Chandon. Vaya, que todas las calorías consumidas a primera hora, las recuperé y multiplicadas por dos en el desayuno y además casi salgo a cuatro patas ¡jeje!.
 
Con estos desayunos y estas vistas cualquiera no sonríe ¿verdad Montse?

Ahora tocaba caminar para bajar todo o al menos una parte de todo lo que habíamos ingerido, así que empezamos por la playa de Ipanema, donde nos damos unos buenos baños. Luego continuamos por el Lago Rodrigo de Freitas y seguido de regreso al hotel y esta vez un ratito a la piscina.

Copacabana desde el Mirador de Leblon

A las 6 de la tarde, pillamos un taxi que nos lleva hasta la base del teleférico que nos subirá a la cima del Pan de Azúcar.
El Pao de Açúcar es una formación rocosa de 396 mts de altura y situado en la Bahía de Guanabara. 
El precio del teleférico es de 53 reales (unos 20 euros) y se hace en dos tramos, el primero te sube hasta el Morro de Urca, donde bajamos para coger un segundo teleférico que nos lleva hasta el Morro del Pan de Azúcar.
Las vistas de Río desde este lugar son increíbles: Playa de Copacabana, Ensenada de Botafogo y la Gran Bahía de Guanabara, justo el sitio donde se abre al Océnao Atlántico.

 Vista del Pan de Azúcar desde el Morro de Urca

 Playa de Copacabana desde el Pan de Azúcar

A la izquierda la Ensenada de Botafogo y a la derecha la Bahía de Guanabara

Montse tomándose una lata de Guaraná y por su cara parece que le gusta ¿verdad? pués nó, todo el rato me invitaba a probarlo y a que le diera un poco de mi birra

A las 20,30 cogemos de nuevo el teleférico para bajar, volvemos a coger un taxi y directos nos vamos al Quick Galetos a cenar.
Nos pedimos un galeto (pollo muy pequeño), una buena ensalada y una cerveza. Cenamos genial, quizá demasiado para una cena, así que luego andando hasta el hotel por toda la playa y de paso visitamos algunos mercadillos donde aprovecho para comprar unos imanes para el frigo y una camiseta brasileira.

En el Quick Galetos segundos antes de darnos una buena cena

Sábado 19, desayunamos y sin más cogemos un autobús que nos lleva hasta la estación de autobuses Rodoviária Novo Río y de allí otro para ir a Petrópolis (Ciudad de Pedro) y que se encuentra a unos 70 kms de Río.
Es la única ciudad imperial de Sudamérica y lugar en el que el Empeador Pedro II se refugiaba junto a su familia en los calurosos veranos de Río.

Palacio Imperial de Pedro II

El camino para llegar hasta Petrópolis es un contínuo ascenso hasta los 830 msnm y con bastante niebla. Finalmente y una vez llegados el día se abre y el sol aprieta con fuerza una vez más.
Hacemos un recorrido por la ciudad y visitamos algunos lugares como el Palacio Imperial, el Palacio de Cristal y la Cervecería Bohemia, un lugar que me encanto.

Palacio de Cristal

Cervecería Bohemia

Era el único lugar donde esta cerveza era posible tomarla tirada (típica caña) y estaba riquísima

Sobre las 5,30 pm cogemos autobús de vuelta, la estación Rodoviária de Río es un lugar bastante peligroso y nos advierten por la mañana que volvamos de día para evitar problemas. En 50 minutos estamos en Río cambiamos de estación (100 mts) y cogemos otra vez un bus hasta Copacabana, nos bajamos a mitad de playa y caminamos hasta el hotel.

Vendedora ambulante

Nos damos una ducha, descansamos un poquito y nos bajamos a cenar una picanha, un corte muy cotizado en Brasil, proviene de la cadera y tiene un sabor exquisito.
Una vez más cae otro tormentón y volvemos a llegar calados al hotel y eso que esta vez estábamos en la calle de al lado.

Tomando un agua de coco en Ipanema

Domingo 20, a las 7 de la mañana vuelvo a correr por Copacabana hasta las 8 que regreso al hotel, me ducho y nos bajamos a darnos una vez más un copioso desayuno.
Seguido nos vamos para Ipanema a darnos un paseo y un baño, luego visitamos un mercadillo instalado en una plaza cercana (Plaza Nuestra Señora de la Paz) y donde vuelve a llover con fuerza (tormentas pasajeras) y de allí para el hotel.

 Típico suelo de la playa de Ipanema

Y aquí el suelo de Copacabana

Pasamos el resto de la tarde en la playa de Copacabana y tumbaditos en las hamacas que dispone el hotel. A las 17 h. subimos para darnos una ducha cambiarnos de ropa y hacer maletas, a las 19 h. nos recogen para ir al aeropuerto y volar nuevamente para Madrid.

Última foto desde el Fuerte de Copacabana antes de subir para el hotel y regresar a Madrid

Finalmente mi impresión sobre esta ciudad es totalmente positiva, me ha gustado bastante; si bien es cierto que hay que diferenciar y mucho la zona más turística en la que estábamos alojados del resto de la ciudad. Hay muchas zonas en las que resulta muy peligroso entrar y otras en las que se puede pasear tranquilamente tomando las precauciones mínimas para evitar ser atracado o robado.
La comida es muy rica, los medios de locomoción muy buenos y cómodos y el nivel de vida es alto y bastante caro.
Como ejemplo: una cerveza no baja de los 2,5 € y una comida muy normalita de 15 € para arriba. Así que si te animas a ir carga la cartera de money porque te hará falta.

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