lunes, 20 de diciembre de 2021

Maldivas

 
Jueves día 2 de Diciembre, celebro en el restaurante Quintoelemento junto a mis mejores e incondicionales amig@s un día importante, al menos para mí. A lo largo de la cena recibo maravillosos regalos por parte de todos ellos, pero hay uno que me impresiona, lo leo y releo en varias ocasiones y sigo un poco en estado de shock, se trata de un viaje de 4 días a las Islas Maldivas y ni que decir tiene de quien viene tal regalo. ¡¡Guauu!! que pasada, jamás pensé en ir a ese paradisiaco lugar, pero mira por donde va a tener lugar exactamente el próximo viernes día 10.
 
A día de hoy para entrar en Maldivas es necesario rellenar un formulario del gobierno maldivo llamado IMUGA tanto para entrar como para salir. Se trata de una declaración de salud del viajero (Traveller Health Declaration). Debe de presentarse dentro de las 48 horas anteriores a su salida a Maldivas.
También necesitarás una PCR negativa realizada hasta 96 horas antes de tú salida.
Con todo ello listo ahora toca esperar unos días antes de partir.
 
Viernes día 10 de Diciembre, a las 16 horas salimos en vuelo directo de Iberia hacia Malé, capital de las Maldivas. Por delante nos esperan unas cuantas horas antes de que toquemos tierra en ese paraíso.
 
Desde cabina nos informan de que la duración del vuelo será de 9,45 horas para recorrer los casi 8.700 kms que nos separan.
 
A las 6,15 am con media hora más del tiempo estimado, aterrizamos en el Aeropuerto Velana en Malé, ubicado en la isla artificial de Hulhule.
El retraso se debe a que está cayendo una fuerte tormenta y por seguridad estuvimos esa media hora dando vueltas hasta que fue posible tomar tierra con seguridad. 
EL 7 de Septiembre de 2018, se inauguró el Puente Sinamale, llamándose anteriormente Puente de La Amistad China-Maldivas, debido a los fondos recibidos por China para su construcción. Tiene una longitud de 1,39 kilómetros y une el aeropuerto con la ciudad de Malé.

Paso control de pasaportes muy rápido, no me piden ni Imuga, ni PCR, ni nada de nada. Una vez fuera nos encontramos con muchos mostradores cada uno de un hotel diferente, nosotros nos dirigimos al de Saii Lagoon donde ya nos esperan y de ahí a la calle, mejor dicho al embarcadero donde se encuentra la lancha que nos llevará hasta el hotel.

Montamos en una veloz lancha con dos motores de 300 CV cada uno y volamos hacia el Atolón de Eh'mafushi (10,4 kms) donde se encuentra enclavado este bonito hotel, el SAii Lagoon Maldives, Curio Collection by Hilton.
 
En poco más de 15 minutos entramos en el embarcadero de La Marina donde nos hacen entrega de llaves y nos dan alguna que otra instrucción del funcionamiento del Resort. Por cierto, aquí pasamos un buen rato a la espera de que deje de llover, ya que cae una tormenta bastante gorda en la zona.

En esta imagen aérea podemos ver un poco la distribución del lugar. Básicamente son tres islas unidas por puentes. Por un lado está La Marina, punto donde se encuentra el puerto, restaurantes y puntos de actividades acuáticas. A la derecha un pequeño puente de madera une el hotel Saii Lagoon y a la izquierda un puente bastante más largo que da acceso al Hard Rock Hotel.
Bien, pues una vez hechas todas estas aclaraciones vamos ya a disfrutar de estos 4 días que tenemos por delante.

Nos instalamos en una lujosa habitación y descansamos un par de horas antes de salir a hacer un primer reconocimiento de la zona.
 
Aguas cristalinas turquesas, es lo primero que nos encontramos. El paraje es maravilloso, tranquilo, un sosiego de paz por todos los lados.
La tarde se la pasa jarreando hasta al menos las 5 de la tarde.  A partir de este momento aprovechamos para dar un primer paseo por la isla.
 
Piscina infinita en la que vamos a pasar grandes ratos y buenos baños, a mano derecha se encuentra el bar donde poder tomarte una buena cerveza, mojito o un rico daiquiri de mango.

La noche se va echando encima mientras nosotros caminamos hasta el Hard Rock para ver el atardecer, eso sí, con paraguas que en cualquier momento puede empezar a llover de nuevo.

Dentro de esa carpa hay una celebración, una boda, quizá un cumpleaños, no lo sabemos, lo único que podemos ver es que la gente está muy guapa y muy contenta. Mientras ellos disfrutan, ella se apropia de su buggy decorado.

Sobre las 20 horas nos acercamos a cenar al Miss Olive Oil, hoy tienen self service de pescados recién hechos para ti. Este restaurante es el que se encuentra junto a la piscina infinita.
Buena presentación y calidad es la impresión que nos llevamos antes de empezar. Entre las varias cosas que cenamos a destacar sus langostinos recién hechos a la plancha y el atún vuelta y vuelta, realmente exquisito.
De aquí, directamente a dormir que llevamos muchas horas sin hacerlo en condiciones.

Domingo día 12, amanece un día muy ventoso y con pintas de que en  cualquier momento puede hacer acto de aparición la lluvia, esta noche lo ha hecho en varias ocasiones. Tomamos un café en la habitación y para las 8 am ya estamos en la calle. Nos acercamos dando un paseo hasta las villas colgadas sobre el mar, las hay como las de la imagen por unos 900 € noche y otro par de ellas bastante más grandes con piscina incluida por el módico precio de 3000 € la noche. Y por este precio quien no alquila una, pecata minuta ¡¡jajaja!!

 
Que mejor momento para darse un baño que a primera hora de la mañana, toda la piscina para ella solita.

Son las 9,30 una hora más que prudente para desayunar, para ello lo hacemos en el Sansation Beach Club situado junto a su maravillosa piscina. De entrada nos ofrecen un cóctel  Mimosa, un cóctel suave y refrescante perfecto para empezar a deleitar ese fantástico y variadísimo buffet.
 
Con el estómago más que lleno, ahora toca caminar un poco y luego, bañador, playa, piscina y relax total que el día se ha quedado estupendo.

Te puede gustar más o menos la playa, pero tengo que reconocer que este lugar es un  paraíso en la tierra. Las Maldivas están formadas por 1.190 islas coralinas distribuidas en 26 grandes atolones. Forman un paisaje que enamora por su encanto natural.

Y si ya te has cansado de caminar que mejor forma de descansar que tirarte en una de estas camas situadas en la piscina. Y si a esto le añades un coctel mejor que mejor.

A media mañana cogemos una bicicleta de las muchas que hay y nos dirigimos hasta el Hard Rock que se encuentra al otro lado del largo puente de madera que nos separa. Visitamos sus villas suspendidas en el agua, fotos y más fotos y nos vamos hasta su piscina.
Bicicletas hay muchas, de todos los tipos y colores. El problema que tienen es que se encuentran en un estado bastante lamentable, la ITV no la pasa ni una. Si no tiene el pedal mal, tiene la rueda hecha un ocho o no frena, pero hay que reconocer que hacen un servicio muy bueno.
Tanto las bicicletas, como gafas de buceo, aletas, barcas de pedal, canoas, etc, son totalmente gratuitas. Igualmente el agua con gas o sin gas es gratuita y la puedes pedir en todos los sitios y a la hora que quieras.

Como anteriormente decía, nos quedamos un buen rato tirados en la piscina que incluye tobogán del Hard Rock. Es, como no podía ser de otra forma, una delicia bañarse y disfrutar del sol y de su buen ambiente.

Dependiendo de las condiciones meteorológicas si el coco esta:
Mojado, es que está lloviendo.
Difícil de ver, es que hay niebla
Moviéndose de un lado a otro, es que hay viento
No se mueve, es que no hay viento.
Si ha desaparecido, es que hay un huracán.
Si está cálido al tacto, es que está soleado.

Regresamos nuevamente a nuestro hotel y a la piscina donde hoy tenemos DJ con mucha música española. Lo pasamos súper bien, baile, Daiquiri, mojito, baño, baile y a una hora prudente vamos a cambiarnos de ropa para ir a cenar.
Nos acercamos hasta La Marina donde está el restaurante indio Kewbab & Kurry. La cena muy rica, sabrosa y cantidad suficiente para no quedarte con hambre.
Son ya más de las 22 horas, hora de regresar a nuestra habitación y disfrutar un rato de nuestra terraza con vistas al mar. Hemos pasado un día fantástico.

Lunes 13, ha debido de llover algo esta noche, el día sale con enormes nubarrones pero poco a poco va despertando y dejando paso al sol por lo que seguro que nos espera otro buen día de playa, piscina, buceo y sol.
Como todos los días a eso de las 9 y ... nos acercamos a desayunar y como siempre soberbio, la Mimosa que ya no puede faltar en nuestro menú, deliciosa. Es malo acostumbrarse a este tipo de dispendios, el volver luego a la realidad cuesta y mucho.

Tomamos el café del desayuno al aire libre tirados en esta pedazo de cama y paseo nuevamente en bicicleta. Hoy nos quedamos en esta zona de playa y piscina hasta el mediodía que volveremos hacia nuestra piscina.
 
Esta tarde hacemos snorkell un poco más a la izquierda de donde lo hicimos ayer frente a la piscina, aquí hay bastante más vida animal que en el otro lado. 

Cansados ya de tanta agua, llega la hora de tirarse en una tumbona acompañados de un Daiquiri de fresa y un Mai Tai. Mientras tanto estamos a la espera del paso de los delfines que suelen hacerlo sobre las 5 de la tarde. Ya prácticamente de noche empiezan a cruzar un montón de ellos, pero no es posible fotografiarlos, no hay luz suficiente para ello. 

Un último chapuzón, un paseo por la playa y cambio de atuendos para ir a cenar. Hoy cenamos en el restaurante chino Jiao Wu, muy, muy bien y además en cantidad. 
 
Martes 14, último día en Maldivas. Día ventoso de nuevo pero con muchas menos nubes que en días pasados. A decir verdad, no sabes si es mejor que salga el sol o esté nublado, ya que cuando el sol pega, pega de verdad, son agujas que se te clavan en el cuerpo.
Después de nuestro último, rico y variado desayuno por supuesto con nuestra Mimosa que ya no puede faltar en nuestro menú ¡¡jeje!! nos damos nuestro paseo mañanero-bicicletero que a estas horas todavía se puede hacer.
 
A punto de decir adiós a este estupendo Resort, pero todavía nos queda todo el día por delante.
 
Nos acoplamos en la playa-piscina que tenemos en el Sansation Beach Club y mezclamos piscina, playa y viceversa. Estamos prácticamente solos, todo para nosotros, que maravilla y que agua, creo que están por las noches limpiando suelo y paredes con estropajo ya que es difícil de entender como puede ser tan transparente y estar tan impoluta.

Por la tarde nos acercamos esta vez andando hasta el Hard Rock, y de repente una preciosa Mantarraya con sus movimientos armoniosos y tranquilos  pasa junto a nosotros muy despacito como queriendo posar para nuestra cámara.
 
La tarde empieza a caer y esto es un aviso de que nos queda poco tiempo, de que el sueño se está acabando.
 
Diversas tomas de nuestro último atardecer en Maldivas, con pena decimos adiós, pero seguro que hay suerte y cae otra vez. Monnnn, cross fingers please..

Desde Maldivas, Feliz Navidad.
 
Nosotros nos vamos pero aquí os dejamos amarrado el kayak con las llaves puestas y cargado de combustible. ¡¡A disfrutar de este paraíso de Las Maldivas!!

Felices Fiestas, Feliz 2022, que consigamos superar este puñetero COVID y podamos volver a recorrer el mundo como lo hemos hecho anteriormente.

A las 20 horas nos recoge de nuevo la lancha (esta vez era un comodísimo catamarán) que nos lleva hasta el aeropuerto, pasamos mil y un controles, nos piden Imuga de salida, SPTH (Spain Travel Health) de entrada en España, Certificado vacuna Covid y por fin ya podemos pasar a la sala de embarque, despegando pasadas las 22 horas. 
En 11,15 horas tomamos tierra en Madrid, son algo más de las 5,30 de la madrugada y de nuevo pasamos de 32 grados a 0 en estos momentos.

Los pros y los contras de este paraíso
 
Veintiséis atolones y unas 1200 islas coralinas, playas de arena blanca, mares turquesa y arrecifes que atraen a multitud de turistas, todo ello constituye un destino soñado y exclusivo en el Océano Índico.
El modelo en Maldivas es el de "una isla un resort", lo que siginifica que un hotel ocupa toda una isla, con su población compuesta enteramente por turistas y el personal del hotel sin habitantes locales.
Las islas utilizadas para el turismo suelen tener un tamaño de entre 1 y 2 kms² y están compuestas de arena y coral con una altura máxima de unos 2 metros sobre el nivel del mar.
El país sólo tiene atún y cocos, el resto de productos se importa significando toneladas de envases.
En los años 70, el gobierno tomó una decisión y fue crear una isla donde se vertieran y quemaran los desechos.
Y así surgio Thilafushi, una isla artificial creada con basura para recoger basura.
La isla vertedero de Thilafushi, crece un metro² al día en extensión y su altura alcanza los 3 metros formada únicamente por basura. Cada día llegan entre 15 y 20 barcos cargados con unas 800 toneladas, en las que se incluyen las más de trescientas mil botellas de plástico generadas a diario, los 104 millones de bolsas que entraron en el país en 2018 y los 3,5 kg de basura generada diariamente por cada turista.
La cantidad de residuos generada anualmente según The World Bank es de 365.000 toneladas.


2 comentarios :

  1. Pues para tanta basura...pinta chula la zona...vaya! Qué yo de buena gana me daba unas pedaladas por ahí...
    Jajajaja

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    1. Ahora está más limpia después de recogerla nosotros ¡¡jaja!!

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