martes, 8 de junio de 2021

Portugal 2021

Martes 8 de Junio de 2021, ha pasado más de un año y seguimos con el Covid y la pandemia a cuestas y aunque en estos momentos la situación es mucho mejor que la sufrida el pasado año, el mundo sigue, a excepción de unos pocos países, cerrado al tráfico de viajeros.
Por lo que visto el panorama, decidimos volver por tercer año consecutivo a Portugal. 

En esta ocasión vamos a centrarnos en la Región Centro, territorio situado, aproximadamente entre los ríos Duero y Tajo. 

Miércoles día 9, cargamos equipaje y sobre las 9,30 nos ponemos en marcha con dirección a Sabugueiro ya en Portugal. Nuestro primer destino y población en la que vamos a pasar las próximas 4 noches.
De camino y muy cerca de la frontera con Portugal, paramos en Ciudad Rodrigo que posee los títulos de Ciudad Antigua Noble y Leal.
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1944, tuvo durante siglos una gran importancia estratégica, por lo que se construyeron allí numerosos edificios defensivos que hoy en día son uno de los principales atractivos turísticos de esta ciudad.
En la imagen superior, la Catedral de Santa María, construida por Fernando II de León en el siglo XII. De estilos románico y gótico, tiene también elementos posteriores.
Pasamos por Fuentes de Oñoro y seguido cruzamos la frontera. Aproximadamente a unos 11 kms de cruzar verás carteles informativos de máquinas para registrar tu vehículo y evitar sustos desagradables de posibles multas. Es muy fácil, introduces tu tarjeta VISA de crédito (las de débito no son válidas) y te devuelve un papel con los datos de matrícula de tu coche y con el OK (guárdalo por si acaso fuera necesario presentar a la policía) y listo, Portugal es tuyo.

Lo primero que nos llama la atención y mucho, es el elevado precio de los carburantes, la gasolina sin plomo de 95 no baja de los 1,70 €, hemos llegada a verla hasta 1,88 €.

Toca parada en Linhares de Beira, pueblo medieval del siglo XII. Cuenta con una diversidad arquitectónica y artística sin par, fruto del legado de varias épocas. En 1169 recibió su primera carta foral, otorgada por Alfonso Enríquez. Pero solamente más tarde, durante el reinado de Don Dinis, se erigió su imponente Castillo, símbolo del pueblo y principal tarjeta de visita.

A media tarde entramos en Sabugueiro y recogemos llaves de nuestro apartamento Casa do Outeirinho. En un principio íbamos a quedarnos 3 noches, pero al final nos gusta tanto la zona que ampliamos una noche más. Precio 35 €, un perfecto alojamiento/apartamento, en el centro del pueblo, limpio, con todos los servicios, salón-comedor con chimenea y leña a disposición por si fuera necesario encenderla, 2 cuartos de baño y 2 hermosas y amplias habitaciones. Recomendable una y cien veces.
Lo primero que hacemos es bajarnos hasta la playa fluvial y la verdad es que nos quedamos con ganas de darnos un baño. El agua es transparente, limpia y fría a la vez. Montse no se resiste y se mete hasta la rodilla para probarla, mañana seguro que será de cuerpo entero. Por cierto la llenan o ponen la compuerta a partir del día 1 de julio

Preguntamos por restaurantes para poder cenar, todos están cerrados, excepto uno que no nos gusta nada. Por suerte a 20 metros de casa tenemos un pequeño súper, nos acercamos compramos comida y a casa a cenar más bien que todas las cosas.
Justo enfrente tenemos también el bar Nicola, un buen lugar para tomar una cerveza y si te apetece un rico desayuno.
Creo que por hoy ya es suficiente, así que a descansar que mañana será un día de caminata.

Jueves 10, el paisano esperando y nosotros todavía desayunando ¡¡jeje!!, Hacemos un poco  de compra para tener en la cena y a las 9 salimos para hacer nuestro primer trekking: Sabugueiro - Vale do Rossim.

Dejamos atrás el pueblo, cruzamos esta pequeña losa con mucho cuidado para que no se rompa con el peso ¡jaja! y empezamos a subir durante un buen trecho.

Al fondo Sabugueiro. De vez en cuando miramos hacia atrás para ver las vistas sin olvidarnos que nos queda una buena subida todavía.

Si algo caracteriza la zona es el agua, mana por todos los lados, las fuentes brotan hasta de las piedras, es la tónica general; agua y fuentes.

A nuestra espalda la zona de baños y restaurante del Vale do Rossim.

La construcción de la Vale do Rossim, ubicada en el municipio de Gouveia, hizo posible la aparición de este espacio de recreo y ocio donde destaca el entorno del paisaje y el agua de calidad. Dispone de buenas playas y restaurante donde saciar la sed con una buena Súper Bock.

Después de un buen trago de agua toca descansar y almorzar en uno de los muchos merendeiros que llaman ellos, y cómo no, hacer un poco el tonto. De regreso un baño en esas aguas heladas que te hacen revivir.

El paisaje es tremendo, un maravilloso espectáculo de color, verde del campo, amarillo de las genistas, morados de los brezos, llega hasta empachar en color y olor.

Muy cerca del pueblo nos encontramos un rebaño de cabras con su bonito cascabeleo y a pocos metros el pastor echándose una siesta. Nos oye y nos dice que hay una cabra separada que está pariendo, nos acercamos y efectivamente había parido una y otra estaba en esos momentos saliendo. Por cierto la de la imagen que trata de reanimar la madre tenía un aspecto un tanto malo, pero la madre insiste, el pastor le ayuda y parece que consigue reanimarse un poco. Nos despedimos de él deseándole suerte con la nueva criatura.

Sobre las 3 de la tarde llegamos al pueblo, comemos en casa y luego un café en el Nicola. Por cierto, mañana creo que desayunaré aquí.
Al final han sido 15 kms, para los que hemos invertido 5,45 horas.
Como sólo habíamos reservado 3 noches y decidimos quedarnos una noche más, nos acercamos hasta la tienda que tiene la dueña al lado para preguntarle si es posible una noche más. Nos dice que sin problema, nos cobra 30 € (5 menos que booking) y además nos regala una hogaza de pan que hace ella.

Lo que queda de tarde la pasamos en la playa fluvial, baño va, baño viene, pero sólo ella que a mí me parecía que la tarde no estaba para muchos baños aunque hiciera un sol radiante.
Ducha, cena y hasta mañana.

Viernes 11, esta vez es la paisana la que nos gana. Si ya dicen, que al que madruga......!! Pues como ayer dije, hoy he desayunado en el Nicola, un café con leche y una napolitana rellena de chocolate caliente que te chupabas los dedos. Montse lo ha hecho en casa, me ha dicho que es más sano y en eso lleva razón, pero ¿¿ quién se resiste estando de vacaciones a tales manjares??
Bueno, entrando en materia, en el día de hoy vamos a hacer una circular coche-pie; pie-coche de unos 70 kms para la que vamos invertir casi todo el día.

Una vez hechos los deberes del desayuno, ponemos rumbo a la Lagoa Comprida, aparcamos el coche junto a la presa y comenzamos nuestro trekking : Lagoa Comprida - Covao dos Conchoshttps://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lagoa-comprida-covao-dos-conchos-74527814

Dejamos el embalse a mano derecha y comenzamos a andar por un camino al principio en buen estado pero que según vas avanzando se pone más complicado, mucha piedra, algunos momentos te encuentras un tipo de calzada romana (que por supuesto no lo es), muchas charcas llenas de anfibios, una gran cascada que vemos a lo lejos, en fin, que el camino es muy llevadero y agradable hasta llegar al extraño lugar de Covao dos Conchos.

Covao dos Conchos, ¿un lugar de otro mundo?, ¿un fenómeno misterioso?. Un agujero que ha sorprendido a todo el planeta, hasta el punto de convertirse en uno de los temas virales de los últimos tiempos. Es famoso por su aliviadero en forma de campana.

Aunque podríamos afirmar que esta maravilla ha surgido de la nada, gracias a la magia de la naturaleza, lo cierto es que el hombre ha tenido mucho que ver en su creación.

El misterioso agujero del lago no es otra cosa que una presa que se encarga de recoger las aguas y conducirlas hasta Lagoa Comprida a través de un entramado de túneles.
El aliviadero se construyó en 1955 con el fin de desviar el agua de Ribeira das Naves a Lagoa Comprida. Es parte de un sistema de represas hidroeléctricas de Serra da Estrela. Este aliviadero de ciencia ficción era poco conocido hasta que las fotos del agujero se volvieron virales en 2016.
Durante los últimos 60 años, el musgo y el follaje han crecido en la boca del embudo, añadiendo todavía más encanto. Tiene un diámetro de 4,6 metros y el túnel que recoge el agua una longitud de 1519 metros.
Pasamos casi una hora en este lugar haciendo fotos y de charla con una pareja de franceses y regresamos nuevamente para el coche. Al final han salido 10 kms y 3 horas de paseo.

De nuevo coche, subida de puerto y llegamos al punto más alto de Portugal. Se trata del Alto da Torre (Serra da Estrela) con 1993 msnm.
Como curiosidad, en el siglo XIX, el infante Joao manda construir una torre de 7 metros para así alcanzar los 2000 metros de altura.

A pocos metros de la Torre tenemos la única estación de esquí de Portugal denominada Vodafone. ¡¡Porfa, no pares el telesilla, que la gente se va a morir de frío colgados ahí arriba!!.

Comenzamos el descenso y a menos de un kilómetro nos encontramos a mano izquierda tallada en la roca la Virgen de la Senhora da Boa Estrela. Inaugurada en 1946, la escultura de más de 7 metros de altura fue realizada por Antonio Duarte, basándose en la intención del párroco local de rendir homenaje al santo protector de los pastores.
En este punto aprovechamos para meter algo al cuerpo y cómo no, echar un trago de agua de la fuente que tenemos frente a nosotros  manando de otro pedrusco.

Seguimos descendiendo por una carretera en muy buen estado pero con una fuerte pendiente, cruzamos el Túnel da Serra da Estrela excavado en roca viva y llegamos al Valle del Zézere, de origen glaciar.

Después de andar unos pocos kilómetros más, verás a mano derecha un indicador que pone Poço do Inferno. Desde el cruce tendrás unos 6 kms siempre en subida y por una carretera muy estrecha por la que te las ves y deseas cuando te cruzas con otro en dirección contraria.
Arriba un pequeño parking como para una docena de vehículos y a 100 metros caminando llegas a la cascada de la imagen. Está permitido bañarse siempre y cuando aguantes la temperatura del agua que es bastante gélida.
Si te pilla de paso está bien la visita, pero si tienes que desplazarte no vale la pena hacerlo, tampoco es nada del otro mundo.
Retrocedemos nuevamente hasta el cruce en el que giramos a la derecha para llegar a Manteigas. Un poco de compra en el súper y ascenso por una carretera muy sinuosa y frondosa hasta llegar al alto donde se encuentra el Vale do Rossim que estuvimos en el día de ayer. Aparcamos y nos tiramos una horita de tumbarreta y solete.
En otros 10 minutos estamos de nuevo en Sabugueiro, donde damos ya por terminada la jornada.

Sábado día 12, amanece un día de mucho viento y con ganas muchas ganas de llover, pero aún así seguimos con nuestros planes. Pasadas las 9 salimos con dirección a la localidad de Senhora de Desterro con el fin de empezar una ruta de unos 13 kms que pasa por los Cornos do Diablo.
Una vez allí, coincidimos con muchísimos corredores/as que están haciendo un trail de 3 días y varias categorías, las hay de 25, 50, 100 y 160 kms, con etapas de día y de noche y con unas rampas de asustar como se puede ver en la imagen superior.

Comenzamos a caminar junto al canal hasta llegar a un punto bastante delicado y peligroso a su vez, así que después de haber caminado un par de kms decidimos darnos la vuelta y acercarnos con el coche hasta Lapa dos Dinheiros.

Aparcamos el coche junto al cementerio en una buena sombra y nos damos cuenta de que el track pasa justo por este punto en el que estamos. Lo tenemos fácil entonces, seguimos caminando y 300 metros más adelante nos encontramos la playa fluvial, una más de las muchísimas que te encontrarás por toda esta zona.
El camino se pone bastante tieso y pasado un kilómetro aproximadamente un indicador a la derecha nos dice que a 1642 metros tenemos los Cornos de Diablo. Este tramo ya es totalmente llano y siempre andando con el canal a nuestra izquierda rebosante de agua. El cielo se pone muy negro y empieza a llover, chubasqueros y a seguir, aunque es más el ruido que las nueces. Para muy pronto y de nuevo manga corta.

Unos 50 metros antes de llegar, el GR te manda a la izquierda por una fuerte pendiente y justo enfrente verás una X en una roca, no hagas caso y continúa recto (donde está la X), en otros 50 metros te darás de bruces con los Cornos do Diablo y una magnífica poza donde podrás darte un buen y refrescante baño.
Pasamos un buen rato en este lugar y regresamos nuevamente hasta el coche, al final hemos hecho 12 bonitos kilómetros.
Dada la hora aprovechamos para comer y seguido coche hasta Sao Romao donde paramos a tomarnos un café y un rico pastel de nata.

Entramos en Sandomil con un cambio de paisaje radical, mucho árbol y las laderas de la montaña repletas de viñedos en terrazas. Aparcamos junto a la playa fluvial, bañadores y aunque el agua está bastante fría, no temblamos y al agua patos. Al final entre baño, sol, cerveza y recorrer el pueblo, nos pasamos más de cuatro horas allí.
Pasadas las 7 de la tarde regresamos nuevamente a casa (media hora aprox.). Un vinito, cena, descanso y a dormir.

Domingo día 13, recogemos equipaje, nos despedimos de nuestros anfitriones y de paso les compramos un par de quesos (tipo Torta del Casar y el cuál recomiendo probar ya que está estupendo) y carretera hacia Arouca, punto en el que estaremos otras 3 noches. 
Cruzamos por Viseu, Sao Pedro do Sul y pasados unos 5 kms nos desviamos hacia la derecha para visitar Drave, (imagen superior).
La carretera de acceso es de pura montaña, pero de una montaña pelada, no hay un árbol a la vista. Es muy triste decirlo, pero Portugal salvo raras excepciones, está quemada de norte a sur y de este a oeste.
Una vez en el alto tienes dos opciones derecha o izquierda, coge la de la izquierda, un camino en no muy buenas condiciones y que te aconsejo dejar el coche una vez avanzas unos 200 metros (hay un buen espacio para ello y seguro que verás más de uno) salvo que lleves un 4x4.

A partir de donde dejamos el coche tenemos 3600 mts por delante con fuertes pendientes y en bastante mal estado el tramo final.
Como curiosidad, según bajas verás una placa de madera a mano izquierda certificada por la Official World Record Association del récord del mundo en ascenso en 24 horas en bicicleta. Fueron 17.753 metros de ascenso, más del doble de altura del Monte Everest lo que consiguió el 23 de julio de 2020  el portugués de 31 años Tiago Ferreira. Un circuito de unos 3 kms y 214 metros de altura (subiendo y bajando), repetido en 83 ocasiones. Pedaleó unos 247,5 kms y sólo sufrió un pinchazo.

A Drave le asignan el sobrenombre de Aldeia Mágica ya que parece que la magia se hubiera apoderado de ella. Se ubica abandonada y escondida a unos 600 metros de altura con sus casas de pizarra y el único blanco de las paredes de su pequeña Ermita. Perdió a su último habitante en 2009 y actualmente es la Base Nacional de los Boy Scouts.
Si puedes y vas con tiempo, aprovecha y date un baño en las cristalinas aguas del arroyo Palhais.
Descansamos, comemos y comenzamos de nuevo la subida hacia el coche. Aunque a priori nos asusta tener que subir esas rampas que hemos bajado, la verdad es que le cogemos el ritmo y tardamos prácticamente lo mismo que en bajar. Llegamos al coche y ya sin parar hasta Arouca.

Todavía tenemos tiempo para darnos una columpiada en el alto de la sierra.

Llegamos a Arouca, nos dirigimos hasta nuestro alojamiento, el Bellavista (46 € con desayuno). Sobre el mismo no me manifiesto ya que serían muchas cosas a decir, le doy mi máxima puntuación. Una vez descargado equipaje nos vamos a dar un paseo por el pueblo. Nos resulta muy agradable, limpio, tranquilo y con un buen ambiente. Aprovechamos para comprar la cena y nos subimos de nuevo para casa a cenar y bla, bla, bla.

Lunes 14, tomamos un café en el alojamiento. El mismo dispone de una moderna cocina equipada a tope, con cafetera, tetera, etc antes de ir a desayunar de verdad. Preparamos el equipaje para la tournée de hoy y ahora sí, nos vamos a desayunar de verdad. Para ello nos desplazamos hasta el centro del pueblo donde el dueño tiene una pizzería (Bella Pizza). El desayuno muy completo, panes variados, bollería, zumo natural, queso, jamón york, café, té y una riquísima mermelada natural de frambuesa. Una vez cargadas energías salimos hacia la Serra da Freita que se encuentra a tan sólo 15 kms de Arouca.
Nuestra primera parada la hacemos en Frecha da Mizarela, punto en el que podemos observar la cascada del mismo nombre, la más alta de Portugal con una caída de 60 metros.

Continuamos hasta Pedras Parideiras, donde podemos ver un fenómeno granítico único en el mundo ¡¡Hummm!!.  Se trata de unas rocas graníticas con discos incrustados que, debido a la erosión, se sueltan de la piedra madre, por lo que se conocen como Pedras Parideiras.

Después de ver ese maravilloso y sin igual mundo de las Pedras Parideiras, nos detenemos en el vértice geodésico de Sao Pedro Velho, un estupendo mirador 360º sobre toda la sierra

Muy cerca también tenemos la Praia Fluvial de Albergaria da Serra, para mí el plato fuerte del día y la mejor de las muchas que hemos visto, sin menospreciar a ninguna de ellas.
Perfectamente acondicionada con mesas, baños, arbolado, parking y todo lo necesario para pasar un buen día de sol y agua. Como no podía ser de otra forma a pesar de la frescura del agua (te adaptas rápido) nos damos unos cuantos baños antes de comer, luego solete, otro baño y nos marchamos.

Cien metros río abajo tenemos las Marmitas do Gigante do Caima con diferentes diámetros y profundidades suelen presentarse solas o en grupos.

Coche, parada en el mirador Detrelo da Malhada donde empieza a llover y granizar un poco y última parada del día en la aldea de Cando conocida por sus pizarras, tal vez las más antiguas que se conocen en Arouca.

Justo cuando empieza a jarrear llegamos a casa, y ¿qué mejor que un buen café con un pastel de nata?. Después de la lluvia, truenos y rayos el tiempo se calma y de paseo por el pueblo que nos gusta mucho, una cerveza y yo un vino verde local que está muy rico y seguido a cenar que no todo es caminar.

La cena por recomendación la hacemos el el Restaurante La Assembleia, fantástico en calidad, atención y precio. Rui Bessa, es quien nos atiende y recomienda que comer, y como somos muy bien mandados le hacemos caso. 
Bacalhau a la Assembleia y Postinha de Vitela (carne a la brasa), de postre Super Passadiços y para regar un vino verde Dona Quininha. Todo exquisito, en su punto y la atención por parte de Rui de diez.
Estoy seguro que vamos a dormir muy, muy bien.

Martes 15 de junio, hoy madrugamos, a las 7 estamos ya listos para desayunar y salir hacia Areinho, lugar donde empiezan los Passadiços y el puente.
En primer lugar como preámbulo y consejo, si tienes idea de hacerlo en época estival no debes olvidar: crema solar, sombrero, gorra, visera, como quieras llamarlo, agua en cantidad y unas cangrejeras o algo por el estilo para poder bañarte en varias playas fluviales que te encontrarás a lo largo del recorrido.
La ruta desde Areinho hasta Espiunca son 11,5 kms (passadiços más puente) y si no te importa madrugar un poco, cosa que agradecerás, pilla las entradas para la primera hora, las 8,30 am. para cuando empiece a calentar estarás en la otra punta tomando una cerveza fresca.

Al reservar las entradas tienes dos maneras; una solamente para los Passadiços (2 €) y otra para el Puente que incluye los Passadiços (12 €). Las entradas sólo se pueden comprar por internet, no hay posibilidad de comprar en ventanilla.
Formas de acceso: tienes otras dos, una por el Pórtico de Alvarenga y otra por el Pórtico de Canelas. Esta última es la mejor si lo que quieres es continuar por los Passadiços.
Hechas estas puntualizaciones, la mejor manera de llegar hasta aquí si estás alojado en Arouca (es lo mejor y más normal) sería salir como mínimo con una hora de antelación a la hora de tu reserva y recorrer en unos 20 minutos los 13 kms que separan Arouca de Areinho.
Unos 300 metros antes de llegar verás a mano derecha una señal de parking, luego caminas por una pendiente en bajada hasta llegar al parking de Areinho (15 mtos aprox.) donde se encuentra la playa fluvial, un restaurante y punto para comenzar la andadura.
Si vas pronto y en coche (NO en caravana o autocaravana), olvídate del parking de arriba y hazlo directamente abajo en Areinho, hay capacidad como para unos 50 vehículos.

Una vez hechos todos los comentarios pertinentes, ponemos el contador a cero y empezamos a caminar. Tendrás como un kilómetro totalmente llano hasta llegar al puente, aquí es donde empiezan las pasarelas.
Y si tienes frío no te preocupes que se te va a quitar rápido. De momento y como aperitivo tendrás que salvar un desnivel de 314 metros a lo largo de sus 538 escaleras que te dejan el cuerpo bastante calentito. Al término de las mismas se encuentra la caseta de entrada tanto a las pasarelas como al puente. Tendrás que estar 15 minutos antes de tú hora, al menos eso dicen, luego no vale para nada.

A las 10 tras una pequeña explicación sobre la construcción del puente empezamos a cruzar el Ponte 516 Arouca. El puente en suspensión más largo del mundo con sus 516 metros de largo, 1,20 de anchura y 175 de altura. El suelo es de rejilla metálica con vistas al río, al abismo y si tienes vértigo como es mi caso, no sabes cómo acojona. Lo mejor es mirada al frente y "Palante como los de Alicante".

La experiencia viene a durar una hora entre ida, la parada para ver desde el otro lado, y vuelta. 10/15  minutos caminando en cada sentido más o menos.
El puente abrió el 3 de mayo para el público en general.

Pasadas las 11 comenzamos las pasarelas, otro sin fin de escaleras nos espera, menos mal que en esta ocasión serán todas de bajada.
A mitad de recorrido está Vau, lugar donde tienes una playa fluvial por si te apetece refrescarte un poco. Nosotros no lo hicimos y continuamos para abajo, el calor apretaba bastante y teníamos ganas de llegar cuanto antes.

Continuamos bajando hasta llegar al mirador de la cascada Gola do Salto. Unas fotos y a Espiunca de un tirón que vamos muertos de calor y sed.

Después de 2,30 horas sin parar, llegamos a Espiunca y al mejor sitio de todo el recorrido: el bar donde nos tomamos medio litro de cerveza sin decir ni "Jesús". Madre mía que buena estaba. Nos pasamos un buen rato sentados en la terraza con nuestra birra y unas patatas fritas hasta que ya decidimos decir adiós con pena de no tomar otro litro, creo que fue la mejor vacuna contra la Covid ¡jaja!
En este punto tienes la opción de comer y darte un baño en otra playa fluvial o coger un taxi o un Jeep y regresar de nuevo a Arinho donde tenemos el coche. Nosotros cogemos el Jeep descapotable y para casa. El precio está ajustado y establecido para todo el mundo, coche o Jeep son 15 euros que creo que no está nada mal. Son unos 20 minutos hasta llegar a Areinho.

Una vez en Areinho, bañador, cerveza, comida, baño, siesta, así tranquilamente hasta algo más de las 6 de la tarde que regresamos para Arouca.
En resumidas cuentas los pasadizos y el puente son totalmente recomendables si te encuentras por la zona, estoy seguro de que pasaréis un buen día.

Hoy tenemos la idea de ir a cenar al restaurante Parlamento que se encuentra justo frente al Assembleia, pero cuando llegamos vemos que está cerrado. Sin dudarlo repetimos el mismo que ayer.  Rui nos recibe con los brazos abiertos, nos localiza una mesa y a cenar. Hoy toca una ensalada templada con piña, de segundo un Bife Á Pedra Má y de postre y vino, repetimos, que ayer nos gustó mucho.
Antes de irnos, nos invita a otra buena copa de vino y guardando la compostura para casita a descansar que el día ha sido largo.

Miércoles 16, sin prisa alguna amanecemos, recogemos todo, cargamos el coche y a desayunar. Le entregamos las llaves y antes de irnos nos regala un tarro de miel por lo simpáticos que somos ¿o no..?
Antes de abandonar Arouca subimos hasta el mirador de Nuestra Senhora da Mó. Desde estas alturas la panorámica es tremenda, con el pueblo a nuestros pies le decimos adiós y ponemos rumbo a Braganza que será punto final para el día de hoy.

De camino paramos en Mirandela que sobre el papel la ponen muy bien, pero que a pie de pista aparte de estar prácticamente en ruinas poco que ver tiene a excepción de su Puente Medieval de 17 ojos sobre el río Tua, el Palacio de los Tavoras del siglo SVII, actualmente el Ayuntamiento y la Plaza.
Aprovechamos a tomar un café y arrancamos.

Sobre las 14 horas llegamos a Braganza, subimos hasta el Castillo de Bragança que se encuentra  dentro de la muralla, en la Ciudadela, aparcamos (no es una zona de pago) y vamos a recoger las llaves de nuestro alojamiento Casa do Javali (33 € con desayuno). Se trata de un apartamento totalmente equipado, bien situado, pero a falta de una mano de limpieza y puesta al día.
Tomamos una cerveza en el restaurante del mismo nombre (los apartamentos son de ellos) y a casa a comer las sobras que nos van quedando mientras una tormenta descarga con fuerza.

Dedicamos la tarde a patear esta pequeña ciudad, muy interesante, con mucho que ver y ofrecer a los que la visitamos. En la imagen la Praça da Sé Velha.

Recorremos la muralla y el interior de la  Ciudadela, seguido nos vamos a recorrer la parte más nueva de la ciudad y la verdad es que es un placer pasear por sus calles, con sus bonitas casas ancladas en el pasado, tranquilas terrazas donde poder tomar y comer algo, a la vez que disfrutar de sus palacios, iglesias, paseo fluvial, etc.

En el paseo junto al río Fervença nos encontramos un huerto repleto de réplicas de monumentos de Europa. ¿Curioso, extravagante..? Tú mismo.
Regresamos de nuevo hacia el Castillo y ya de paso cenar en el restaurante antes citado. Cenamos un Prego do Lombo y yo una Francesinha de jabalí que soy incapaz de acabar tal cantidad, es un plato para dos personas como poco.
Me voy a la cama saturado de cenar.

Jueves 17, salimos de Portugal y regresamos para casa. Desayunamos opíparamente en el Restaurante do Javali a base de fruta fresca, zumo natural, ricos quesos y embutidos, café y es montar en el coche y empezar a diluviar.
En 1 hora estamos en Zamora, aparcamos junto a la muralla y a patear la ciudad. Quizá esta no sea una de esas ciudades a tener en cuenta en las rutas turísticas españolas pero lo cierto es que tiene mucho que ver. Como principales atractivos: su Románico, el centro histórico medieval, sus bonitas vistas sobre el Duero y su ambiente tranquilo y acogedor.

Recorremos lo más granado de la ciudad, nos acercamos hasta el Río Duero con su esplendoroso Puente de Piedra, visitamos las Aceñas de Olivares, antiguos molinos que ya estaban en funcionamiento en el s.X y que molieron harina durante siglos hasta que allá por el s.XIX quedaron en desuso.

A resaltar de su Catedral su cimborrio de influencia bizantina, con un curioso revestimiento de escamas de piedra y cuatro torrecillas en las esquinas rematadas con sus propias cúpulas.
Aprovechamos para echar un bocado y coche para Toro.

Estamos en Toro con un cielo que amenaza agua, aparcamos junto a la puerta del Palacio de las Leyes que por desgracia solo queda la portada. Aquí se reunieron las Cortes para proclamar reina a Doña Juana, hija de los Reyes Católicos.
Toro, una bella localidad de Zamora que invita a pasear y disfrutar de sus Iglesias, Palacios y Monasterios, muchos de ellos declarados Bienes de Interés Cultural y cómo no, de sus afamados vinos con Denominación de Origen.
Antes de poder pasear sus calles tomamos café y más bien por obligación ya que vuelve a llover con fuerza, aquí pasamos más de media hora al resguardo.

Si algo destaca sobremanera es su Colegiata de Santa María la Mayor. Destaca el cimborrio de doble linterna con una clara influencia bizantina. En 1892 fue declarado Monumento Histórico-Artístico, y bien de Interés Cultural.

Adentrándonos un poco en el centro neurálgico llegamos a la Plaza Mayor con edificios de poca altura y repletos de bares y restaurantes.

Terminamos nuestra visita acercándonos hasta el mirador del  Paseo del Espolón, con fantásticas vistas a los campos de regadío a lo largo de la ribera del Duero.
Y de nuevo nos toca correr, la tormenta acecha sobre nuestras cabezas una vez más. Llegamos al coche tocando la campana. 
Una población que nos ha encantado y que creo se merece una visita más detenida y pausada, estoy seguro que volveremos.

Una horita y estamos en Valladolid, nos juntamos con Olga y seguido donde nuestro buen amigo Luis en La Alquería y como no podía ser de otra forma torreznazos de los ricos y embutido ibérico de excelente calidad.
A las 21,30 horas salimos para Corera donde llegamos sobre las 24 horas y en este punto damos por terminadas estas vacaciones por nuestro querido Portugal.

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