domingo, 30 de junio de 2013

Salto al vacío

Una de mis ilusiones o sueños había sido siempre el poder hacer una salto en paracaídas, pero si he de decir la verdad, me daba un poco de "yuyu".
Bueno, pués mira por donde y ante mi gran sorpresa, en la cena que celebramos en Donosti con motivo de mi prejubilación me regalaron este salto. Siento una gran alegría por el regalo, pero una vez con la cabeza fria siento lo que antes comentaba "YUYU".

El saltó lo haré en Ocaña en el centro que SKYDIVE tiene en dicha localidad. Lo intento por primera vez el 18 de mayo, pero el tiempo es pésimo y después de estar esperando un buen rato y viendo que el tiempo no mejoraba se suspende para otra ocasión.

Como no hay mal que por bien no venga, saltar no salté, pero comer si que comimos y no veas que bien lo hicimos en Casa Carmelo de Ocaña (Toledo).
Todos los comensales reunidos para empezar  a comer, ni que decir que aquí nos reunimos los mejores, los de siempre y a los que agradezco enormemente su compañía.

Según avanza la tarde las risas y las caras cambian, puedo decir que nos lo pasamos genial. Espero juntarnos de nuevo el próximo mes y esta vez aparte de comer, pueda hacer ese salto.

Sábado 29 de junio, de nuevo en Ocaña y esta vez con un sol radiante, hoy no hay vuelta atrás.

Llega el momento de ponerse el mono y colocarse el arnés.

Para bien o para mal, él será el culpable de lo que pase. Evidentemente será para bien.

Y este, el camarógrafo.

Bueno chicos, ya estoy listo, aunque mentalizado......

Creo que ya no hay vuelta atrás, me voy parriba  ¡¡ufffff!!

Tranquilos que en breve me veréis por los aires.

Subimos a 4.000 mts. abro la puerta y me siento en el borde de la avioneta, estoy colgado en el vacio y además soy el primero en saltar. De repente mi instructor empuja y para abajo que nos vamos. Siento que el corazón se me sale, es difícil de explicar lo que sientes cuando empiezas a volar, pero la salida es mortal.
Trás unos 60 segundos de caída libre a unos 200 kms/hora, al llegar a los 1.500 mts se abre el paracaídas y tenemos otros 5 mtos hasta llegar al suelo.

Imagenes del aterrizaje tomadas desde el suelo por mis colegas.

Prueba superada, ya sólo me queda montar en globo. La experiencia ha sido brutal; a la pregunta que me hacen ¿repetirías? pués no digo que NO, pero tampoco que SI.

Volvemos a comer a Casa Carmelo donde una vez más lo hacemos de maravilla.

Y como muestra de la buena comida, mi buen amigo Lozano nos muestra las trabajadas "tabletas" que tanto esfuerzo, trabajo y dedicación le cuestan.


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